“No exagero cuando digo que estoy convencido de que el Watford me salvó la vida”. Hubo un tiempo en el que el Watford Football Club vagaba sin rumbo por el fútbol inglés. En complicaciones económicas que amenazaban constantemente a la plantilla y nada podía evitar una caída a los infiernos. Pero entonces fue cuando llegó él. Un joven exuberante que dejaba sus primeros himnos en la música rockstar.
Sin saberlo, Elton John convertiría la mediocridad de ese equipo en un éxito que todavía hoy se recuerda como una de las mejores etapas en su historia. En una simbiosis entre música y fútbol, nos deja un verdadero canto al amor por unos colores. Y es que el Watford pasó de la cuarta división a la élite al ritmo de los acordes del piano. Como si de un cohete se tratara. Porque mientras Elton daba una nueva vida a los Hornets, el balón también sacaría al cantante de caer en la miseria.
Cuando el pequeño Reginald Kenneth Dwight (su nombre de nacimiento) visitó Vicarage Road con tan solo seis años, una mezcla de amor y fascinación se apoderó de él. De la mano de su padre, con quien nunca viviría en sintonía, Elton entró en contacto con un Watford que por entonces se encontraba lejos de la magnificencia y la suntuosidad de los grandes equipos de Inglaterra. “Fue como tomar una droga a la que al instante te volvías adicto”. Desde ese momento, el Watford se convirtió en el equipo de su vida, pero no sería hasta años después cuando sus caminos volverían a cruzarse.
Durante ese tiempo, Elton John empezó su exitosa carrera musical. Pasó de ser pianista en un pub a convertirse en uno de los mayores iconos del momento en la música británica. Años donde conoció al letrista Bernie Taupin, con quien escribiría algunos de sus mayores éxitos como ‘Rocket Man’, ‘Tiny Dancer’ o ‘Crocodile Rock’, y una época donde el despliegue musical llevó al artista a Estados Unidos, donde sus canciones resonaban en un difícil contexto tanto social como político.
La década de 1970 elevó a Elton John a la cúspide. Sin techo alguno, ya era toda una celebridad. Pero con solo 26 años, ya se había enganchado a la cocaína y al alcohol. El mayor mal para el cantante, que tardó años en desintoxicarse. A pesar del éxito cosechado, no fueron años sencillos a nivel personal, pero por suerte, apareció el fútbol como su gran salvación.
En 1974, el cantante se encontraba en tierras americanas para la grabación de su álbum ‘Caribou’ y un periodista, seguidor del Watford, le comentó en una entrevista sobre la grave situación económica que sufría el club en ese momento. Esas palabras lo conmovieron a tal punto que decidió organizar un concierto benéfico, junto a su amigo Rod Stewart, para recaudar fondos. 30.000 personas llenaron Vicarage Road para escuchar a Elton, que en los escenarios nunca fallaba con sus extravagantes atuendos. Aquella vez con un disfraz de avispa. El club, a cambio, le ofreció la vicepresidencia y a pesar de la negativa de su representante, John Reid, Elton John no dudó en aceptar dicho cargo.
Aquello que había empezado cuando el cantante tenía cinco años, se materializaría dos años después, en 1976, cuando Jim Bonser, empresario local que llevaba dieciocho años como presidente del club, decidió entregarle el mando al artista, que no dudó en comprar la entidad. Su llegada fue revolucionaria, aunque el panorama no era para nada sencillo. “Si yo hubiera tenido algún criterio, le habría echado un vistazo antes y, tras considerar el estado en que se encontraba, habría optado por defender a un equipo que jugara de verdad al fútbol. Podría haberme ahorrado 20 años de casi completa desdicha”, narró el propio Elton John en sus memorias, “pero el fútbol no funciona así. O, al menos, no debería. Lo llevas en la sangre; el Watford era el equipo de mi padre y, por tanto, el mío”, agregó.
Todo esto sucedió poco antes de que Elton hiciera pública su bisexualidad en la revista Rolling Stones. “A quien se esté planteando salir del armario le aconsejo que intente asegurarse de que no lo haga justo después de que sea nombrado presidente de un club de fútbol británico, a menos que quiera pasar las tardes de sábado escuchando los cánticos rivales”, escribió en ‘Me’, su libro autobiográfico.
Y aunque las gradas inglesas eran crueles, muchas veces con canciones de mofa por su identidad sexual, Elton se sentía cómodo con el cargo. “El personal y los jugadores eran amables y respetuosos, pero no tenían ningún interés en masajearme el ego. Me decían, sin problemas, si mi último disco les había dado igual o si les parecía que mi abrigo era ridículo”.
La realidad del fútbol de barro se alejaba del mundo de la música, muchas veces con más de dos caras. Pero más allá de ese aspecto, la llegada de Elton John cambió el rumbo del Watford. En 1975 el equipo se encontraba jugando en cuarta división. Fueron momentos muy difíciles para el club y la ciudad. El sueño de llegar a la élite era utópico, ni siquiera se planteaba, pero con Elton John, lo imposible superó toda expectativa.
Desde un primer momento, el flamante presidente dejó claro que el objetivo era llegar a la máxima categoría del fútbol inglés. De cara a la temporada 1977/78, decidió nombrar a Graham Taylor como el entrenador del equipo. A pesar de su corta experiencia en los banquillos, el ex técnico de Lincoln City logró ascender a la tercera división nada más llegar. Ese fue el inicio de una época dorada que llevaría al Watford a la primera categoría en solo cinco años. Juveniles como Luther Blissett y Nigel Callaghan se convirtieron en estrellas, y el fichaje de John Barnes fue clave para alzar al equipo en tiempo récord. Un ascenso meteórico a lo alto que todavía tenía páginas por escribir.
Tras llegar a la First Division, en 1982, lograron ser subcampeones solo por detrás de un Liverpool imparable. De esta forma clasificaron a Europa para el siguiente curso, que volvería a ser histórico. Pese a que en liga las cosas no fueron como esperaban, alcanzaron los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA, además de la final de la FA Cup.
Los 100.000 aficionados que colmaron Wembley presenciaron la victoria del Everton (2-0), sin embargo, ese último partido dejó la imagen de un Elton emocionado: “Estaba acostumbrado a que al Watford le fueran bien las cosas, pero antes del inicio del partido vi con claridad lo lejos que habíamos llegado, pasando de ser un pequeño club sin remedio al que nadie iba a ver jugar, y del que se reían, a terminar siendo lo que éramos. La banda de música arrancó con ‘Abide With Me’, el himno tradicional de la FA Cup, y ahí sucedió: me puse a llorar ante las cámaras de la BBC”.
Pero la época dorada del Watford estaba por terminar. La marcha de Graham Taylor al Aston Villa (más adelante se convertiría en seleccionador de Inglaterra) fue el principio del fin. La llegada de Dave Bassett del Wimbledon no tuvo el mismo efecto. Así, en 1987 Elton John vendió el club a Jack Petchey, un multimillonario de la industria automovilística, para dedicarse plenamente a la música.
Pero la historia no terminaría allí. En 1997, el artista volvió a comprar el Watford, que en ese entonces había descendido hasta la tercera división. Una segunda etapa en la que volvió a contar con Graham Taylor para devolver al equipo a la élite (ya conocida como Premier League). Pero en el año 2002 el artista dejaría su cargo de forma definitiva para ejercer como presidente honorífico. Una relación que ha permanecido hasta día de hoy, y es que cuando el club lo ha necesitado, Elton John siempre ha acudido al rescate.
En 2005, realizó un concierto en Vicarage Road delante de 23.000 personas recaudando más de un millón de libras para aliviar los problemas financieros del club. De nuevo en 2010, con nuevos problemas financieros a la vista, Elton volvió a tocar para recaudar dinero de cara a la contratación de futbolistas. Gracias a ello, el Watford pudo fichar a un delantero que se convirtió en leyenda: Troy Deeney. A modo de agradecimiento, la East Stand del estadio recibió su nombre.
En la actualidad, Elton John sigue visitando Vicarage Road. Incluso uno de sus hijos forma parte de la academia del club. “Mi pasión por esta institución nunca ha muerto y estoy muy orgulloso”, sentenció el cantante. Además, siempre ha dicho que le gustaría volver a tomar un papel activo en la entidad, rememorando viejos tiempos en los que lo que sucedía en el césped le permitió evadirse de la voracidad de la industria musical y, sobre todo, de los problemas que sufría con sus adicciones. “Si no hubiera tenido el club de fútbol, Dios sabe qué hubiera sido de mí”.
👨💻 Juani Guillem
🗓️ (15/11/2023)