Cheick Tioté ha fallecido hoy, a los 30 años, tras sufrir un ataque al corazón mientras entrenaba con el Beijing Enterprises, club de la liga china al que llegó en enero. Durante su etapa en el Newcastle (2010-2017), disputó 156 partidos y se convirtió en un referente para las Urracas.
Siempre sentí una admiración especial por la posición del pivote defensivo. Jugadores, por lo general, poco dotados técnicamente, ejecutando un trabajo oscuro que pocos ven y casi nunca se reconoce, pero que resulta capital para el destino de un equipo. Si bien Mascherano siempre fue mi predilecto por antonomasia, el segundo en esa lista era el pivote del Newcastle.
Tioté era pintón, resultón. No era un jugador usual. Un mediocentro defensivo que llevaba el dorsal 9 en su selección, pese a compartir equipo con delanteros de la talla de Bony, Drogba, Kalou, Doumbia o Lacina Traoré. A veces era difícil de ver. Cometía errores groseros fruto de su técnica limitada. Pero su trabajo, su entrega, esa capacidad para multiplicarse, su facilidad para el robo y el carisma que transmitía… lo suplían todo. “Cuando creas que no hay nada más allá de la colina, allí estará Tioté”, le cantaban en Newcastle.
La relación entre Tioté y el Newcastle siempre fue de amor. Aunque su salida terminó siendo discreta, siempre habrá un hueco en los corazones de la Toon Army para lo que el marfileño dejó impregnado en St James’ Park. Fue titular indiscutible durante años, hasta que una lesión de rodilla lo apartó durante meses de los terrenos de juego. Fichaje frustrado durante mucho tiempo por Arsène Wenger, también llegó a estar cerca del Barcelona, antes de que allí desembarcaran Song o Mascherano. Pero, por unas cosas o por otras, Cheick siempre quiso ser un Geordie.
Un cántico de la grada resume mejor que nada lo que Tioté significaba para la gente del Newcastle:
“Todo el mundo necesita un loco, ese es Cheick Tioté, y a él le encanta el Toon”.
En su último año en el club, ya en segunda división, apenas contó para Benítez, aunque el técnico insistió en que siguiera. Aquella lesión, con varias recaídas en apenas dos años, cortó su progresión y lo mermó en la liga más física del mundo. Por eso, decidió seguir el camino de compatriotas como Gervinho o de ex compañeros como Cissé y Ba, emigrando a la liga china en busca de un último gran contrato antes de la retirada. Allí, cómo no, fue jefe capital en el Beijing Enterprises.
Pero ya no. Ya no más. Cheick Tioté ha muerto hoy, 5 de junio de 2017, tras sufrir un ataque al corazón mientras entrenaba con su equipo. El hombre de la eterna sonrisa en la medular. Aquel que nunca se cansaba de correr. Descanse en paz, Cheick Tioté. El minuto 24 siempre tendrá un significado especial en St James’ Park.
🗓️ (05/06/2017)

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