La última vez que los escoceses tuvieron motivo para echarse a las calles y celebrar un gran logro de su selección de fútbol fue hace más de 20 años, cuando el equipo dirigido por Craig Brown consiguió clasificarse para el Mundial de 1998. Desde aquel año, el pueblo escocés no ha vuelto a brindar por ningún otro éxito de su combinado nacional.
Esa mala racha que se dilataba en el tiempo cada 2 años, ha llegado a su fin. El pasado 20 de noviembre, Escocia venció a Israel en un partido trepidante en Hampden para alzarse como líderes del grupo en la primera edición de este novedoso torneo bautizado como la Nations League. Esto supone el ascenso a la Segunda División de dicho campeonato internacional, así como la posibilidad de clasificarse para la Eurocopa 2020.
Lo más llamativo de todo es que la selección escocesa ha logrado esta machada gracias a un once improvisado, hecho a base de descartes. El 6 de noviembre, Alex McLeish daba a conocer la convocatoria. Pues bien, a lo largo de la semana siguiente, hasta la víspera del encuentro en Albania, se fue sucediendo un incesante goteo de jugadores que abandonaban la convocatoria, todos ellos escudándose en molestias musculares y lesiones.
De este modo, de los 23 convocados, 9 de ellos se borraron. Algunos, jugadores tan importantes como Charlie Mulgrew, Scott McGinn, Kieran Tierney o Michael Devlin, todos ellos piezas claves para el seleccionador. No conocemos la razón verdadera de esta ingente cantidad de bajas, aunque algunos diarios se atreven a aventurar que la relación entre estos futbolistas y Alex McLeish no sería la mejor, por decirlo suavemente.
Al haberse retirado de esta forma, estarían intentando dejar caer a McLeish. Sin embargo, el tiro les ha salido por la culata ya que a la postre, Escocia ganaría los dos partidos para acabar como líder de grupo, ascender de categoría y aspirar a ganarse el puesto en la próxima Eurocopa. Por lo tanto, el seleccionador sale muy reforzado de esta situación para capitanear el equipo de ahora en adelante.
McLeish se rompió la cabeza para armar un once de garantías con el que viajar a Shkodër para enfrentarse a Albania. La suerte se alió con Escocia para que el cuadro albanés jugara en inferioridad numérica durante más de una hora de partido. Finalmente fue una victoria holgada (0-4), con doblete de un James Forrest que también estaba en las quinielas para abandonar la convocatoria, pero que finalmente se mantuvo con la selección.
El planteamiento del siguiente martes ante Israel fue un calco del once ante Albania. Los israelíes comenzaron golpeando primero, pero una extraordinaria actuación de James Forrest, con tres goles, combinada con dos paradas salvadoras de Allan McGregor, sirvieron para que Escocia saliera de Hampden con el objetivo cumplido y la moral por las nubes de cara al futuro.
No podemos pasar por alto el estado de forma del jugador del Celtic. Con Leigh Griffiths y Odsonne Edouard a vueltas con las lesiones, Forrest ha copado todo el protagonismo goleador durante estos últimos meses con el equipo de Glasgow. En lo que va de temporada, ya ha marcado 12 goles con el club verdiblanco y 5 tantos en estos dos últimos partidos con la selección. James Forrest lleva toda su vida futbolística al servicio del Celtic, pero dada la campaña que está cuajando, si mantiene el nivel, le van a salir muchas novias para dejar Glasgow.
Esperemos que la unidad vuelva a ser la nota dominante en la selección y que Alex McLeish pueda disponer de todos los jugadores escoceses de ahora en adelante. El siguiente reto empieza en unos días: el 2 de diciembre se celebra el sorteo de los grupos para la clasificación a la Eurocopa 2020, cuyos partidos arrancan en marzo de 2019. Deseamos que los nuestros tengan suerte con los emparejamientos y este grupo de futbolistas tan prometedor nos dé muchas más alegrías.
🗓️ (23/11/2018)
Redacción Escocia
