Edward Woodberry dijo que la derrota no es el peor de los fracasos, el peor de los fracasos es no intentarlo. Creo que esta frase se ajusta perfectamente a lo que ha sido esta selección inglesa. Una derrota que duele, y mucho, pero deja una sensación positiva. Un equipo que ha luchado hasta el final y ha superado sus expectativas.
Cayeron los Three Lions en semifinales. Inglaterra perdió ante Croacia (2-1), en la prórroga, en un partido en el que los de Southgate tuvieron el pase en sus manos durante 60 minutos. Más precisamente hasta que la pierna de Perišić voló hasta lo alto del estadio Luzhniki para poner el empate en el marcador.
Southgate confió en los de siempre: Pickford; Walker, Stones, Maguire; Trippier, Lingard, Henderson, Alli, Young; Kane y Sterling. Un partido histórico para ambos conjuntos.
Southgate continuó con el 3-5-2, pero con matices diferentes, pues se esperaba una Croacia que quisiera el dominio del balón. Con los balcánicos en posesión, la clave sería ser compactos atrás y una vez ganado el cuero, los ingleses no debían arriesgar. Por el contrario, tocar el balón con seguridad para después filtrar balones profundos a los delanteros y a los carrileros.
Esto fue lo que sucedió y el premio llegó pronto para los ingleses. Un golpeo de falta directa de Kieran Trippier que se coló, con belleza, por la escuadra de Subašić y que nos hizo recordar a un joven David Beckham.
A partir de ese momento, Southgate pudo aplicar su plan e Inglaterra dominó el encuentro con claridad ante una selección croata que estaba muy incómoda sobre el verde de Moscú.
Kane dio un recital en el juego directo y Sterling fue un ‘diablo’ difícilmente controlable para los cuatro defensores croatas. En el medio del campo, Henderson consiguió las riendas del partido y en defensa los ingleses consiguieron estabilidad. Pero ya se dice que quien perdona, lo paga, y los ingleses perdonaron y mucho.
La segunda parte empezó igual, hasta el gol de Perišić . Un remate acrobático precioso, que fácilmente hubiera firmado Zlatan Ibrahimovic, y que le dio la vuelta al partido. Croacia tomó las riendas. Cada centro lateral de los balcánicos era una ocasión con peligro, que fueron solventando los ingleses hasta llegar a la prórroga.
En los treinta minutos de añadido el físico hizo mella. Se jugó poco al fútbol, aunque ambas selecciones tuvieron ocasiones para convertir. Muy cerca de hacerlo estuvo Stones a la salida de un córner, pero el que perdona lo paga. Y ya habían perdonado mucho Sterling y Lingard. Ahí apareció Mario Mandžukić, que para hacer justicia al refrán, metió en la red un buen remate. El remate de todo un país, que sirvió para que los croatas estén en la final de un Mundial por primera vez en su historia.
Así, la ilusión inglesa llegó a su fin. El peor de los fracasos es no intentarlo y ahí es donde esta selección destacó. Intentaron cumplir un sueño del que se quedaron mucho más cerca de lo que la mayoría de la gente pensaba.
El Mundial en el que Inglaterra jugó con 3 defensas, consiguió un portero, pasó de Cuartos de Final e incluso ganó una tanda de penaltis ha llegado a su fin. Pero nos deja un gran atisbo de esperanza de lo que puede ser esta selección. No llegó a casa, pero el camino no ha hecho más que empezar.
✍️ Alex Cortón
🗓️ (12/07/2018)