Hacía ya tiempo que sentía la necesidad de escribir sobre el Everton Football Club. Un gigante silencioso de la Premier, muchas veces olvidado a pesar de firmar grandes campañas, de plantar cara a los más poderosos cada vez que juega en Goodison Park y, sobre todo, de ser uno de los clubes con más historia y tradición de todo el fútbol británico.
Sin ir más lejos, el Everton es miembro fundador de la liga inglesa y el club con más temporadas en la élite. Sí, incluso más que Liverpool, Manchester United o Tottenham, algo que, sin duda, sorprenderá a muchos.
En este artículo compartiré varias historias sobre este gran club (y lo dice un seguidor del Liverpool), pero quiero detenerme en una en particular que, estoy seguro, llamará la atención de muchos aficionados. ¿Alguien sabe lo que significa “Taxi for”? Presten atención, porque la historia no tiene desperdicio.
Quien haya ido con frecuencia a Goodison Park habrá escuchado más de una vez el cántico “Taxi for (quien sea)”. En ese “quien sea” va el nombre del entrenador que esté en el banquillo de los Toffees en ese momento.
Algunos creen que se trata de una expresión simpática o irónica hacia el técnico, pero nada más lejos de la realidad. En lugar del clásico “¡vete ya!”, los ‘evertonians’ piden directamente un taxi para que el entrenador se marche cuanto antes. Esta tradición se remonta al 14 de abril de 1961. John Carey, exjugador del Manchester United, era el técnico del Everton desde 1958 y había conseguido la mejor clasificación del club en muchos años: un quinto puesto. Pero John Moores, presidente de la entidad, pensaba que Carey no podía llevar al equipo más alto… y ya planeaba su sustitución.
La prensa filtró el nombre de Harry Catterick como su posible reemplazo, lo que llevó a John Carey a pedir explicaciones directamente al presidente. Moores intentó calmarlo y le dijo que no se preocupara, que hablarían con tranquilidad en el taxi. Y así fue: ambos subieron al coche. Pero mientras Carey aún pensaba que tenía margen para continuar, al bajarse del vehículo, se enteró de que Catterick ya estaba firmando su contrato como nuevo entrenador del Everton.
Roberto Martínez, por su parte, no ha tenido que escuchar aún el temido “Taxi for Bob”, y espera no tener que oírlo jamás. Esa frase, como ya hemos visto, es el presagio más claro de una destitución inminente.
Como decía antes, son muchas las historias que giran en torno a este club, y aquí comparto algunas que considero especialmente curiosas, además de algunas pinceladas sobre sus orígenes y términos que, sin duda, sorprenderán a más de uno.
El Everton nació bajo el nombre de St. Domingo FC, un equipo vinculado a la Iglesia Metodista del distrito de Everton, en Liverpool. A lo largo de su historia ha cosechado nueve títulos de liga, siendo la década de los 80 su época dorada, con Howard Kendall al mando. Bajo su dirección, el equipo logró hazañas que, a día de hoy, parecen irrepetibles.
Muchos grandes jugadores han lucido esta mítica camiseta, pero hay uno que sobresale por encima del resto: William Ralph “Dixie” Dean. Sus 60 goles en la temporada 1927/28 siguen siendo un récord insuperable en Inglaterra. Su leyenda se agranda aún más al saber que falleció en el propio Goodison Park, en 1980, justo después de presenciar un partido frente al eterno rival ciudadano: el Liverpool.
El nombre “Everton” tiene raíces en el inglés antiguo y su significado sería algo así como “asentamiento de jabalíes” (“boar settlement”). Hoy en día, Everton es un distrito de Liverpool con poco más de 8.000 habitantes, conocido a nivel mundial por dar nombre al club y frecuentado por aficionados que buscan conectar con las raíces de los Toffees.
Lo que muchos desconocen es que, antes de establecerse en Goodison Park, el Everton jugó en Anfield. Tras tres años en Stanley Park y otro periodo en Priory Road, el equipo se trasladó en 1884 a Anfield Road. Este campo era propiedad de los hermanos Orrell, dos empresarios de Liverpool. Ellos ofrecieron el uso del estadio a cambio de un alquiler bajo, con la condición de que el club se encargara del mantenimiento. Irónicamente, esa historia marcaría el inicio de una de las rivalidades más icónicas del fútbol mundial.
La figura clave en esta fractura histórica fue John Houlding, presidente del club y propietario del terreno donde se encontraba Anfield. A medida que el Everton crecía en popularidad y los ingresos aumentaban, Houlding empezó a subir el alquiler, viendo en ello una oportunidad de negocio. Sin embargo, esto generó tensiones con la directiva, especialmente con George Mahon, quien lideró la oposición interna. Para muchos, el presidente se estaba enriqueciendo a costa del club.
En 1891, Houlding propuso que el Everton comprase Anfield, pero la junta -liderada por Mahon- rechazó rotundamente la idea. En su lugar, decidieron abandonar el estadio y trasladar al equipo a Mere Green Field, que sería transformado en Goodison Park, nuevo hogar de los Toffees.
Herido en su orgullo, Houlding intentó registrar un nuevo “Everton FC” para mantener el club en Anfield, pero la FA no lo permitió. Lejos de rendirse, en 1892 fundó el Liverpool Football Club. Así nació una de las rivalidades más antiguas y apasionadas del fútbol inglés, con Anfield y Goodison separados por apenas 800 metros, pero con un océano emocional entre ambos.
Respecto al apodo de “The Toffees”, hay varias versiones sobre su origen. Una de las más extendidas sitúa su nacimiento en las tiendas de dulces cercanas a los antiguos estadios. La primera es Ye Ancient Everton Toffee House, propiedad de Old Ma Bushell, situada cerca de Anfield, donde los aficionados compraban caramelos antes de los partidos. La segunda, Mother Noblett’s Toffee Shop, se encontraba junto a Goodison Park y también distribuía los famosos caramelos envueltos en rayas blancas y negras. Sea cual fuere la cuna exacta del apodo, el vínculo entre el club y los “toffees” es hoy inseparable y forma parte de su identidad más entrañable.
Cuentan muchos aficionados del Everton que fue Mother Noblett’s Toffee Shop quien comenzó a vender el mítico Everton Mint, un caramelo que aún se comercializa y forma parte de la identidad del club. Sin embargo, Molly Bushell, propietaria de la Ye Ancient Everton Toffee House, no se quedó atrás. Negoció la posibilidad de vender sus dulces dentro de Goodison Park. Así, su abuela, Jemima Bushell, empezó a recorrer las gradas en los días de partido, ataviada con sus mejores galas y una cesta repleta de toffees, vendiéndolos asiento por asiento.
Hoy en día, en honor a aquella tradición, una figura conocida como The Toffee Lady aparece antes de cada partido en Goodison, vestida como lo hacía Jemima, repartiendo caramelos entre los aficionados. Un gesto precioso que conecta el presente con el pasado, y que emociona especialmente a quienes pisan el estadio por primera vez.
Con este artículo, vaya mi humilde homenaje al Everton Football Club. Uno de los grandes olvidados de la Premier League, sí. Pero también uno de los más históricos, con una herencia que merece ser reconocida y celebrada. Ojalá estas líneas hayan servido para redescubrir su grandeza. Y para que más personas comprendan por qué este club merece mucho más protagonismo del que actualmente recibe.
Y a quien haya llegado hasta el final, solo me queda decirle una cosa: que no deje nunca de viajar en taxi.
✍️ Raúl Sánchez
🗓️ (04/10/2015)

BRITmanía Radio

Leo en el 2020 por la llegada de James al Everton y me gusta mucho este club por su historia
Gracias por contextualizar los aspectos culturales del equipo. Una dulce historia.