¿Qué le pasa al Liverpool? Hace muchos años que podríamos hacernos esta pregunta, porque realmente hace ya mucho tiempo que el Liverpool se estancó en el segundo escalón de equipos de la Premier. Mejor que la clase media, pero inferior a los equipos que suelen entrar todas o casi todas las temporadas en Copa de Europa.
Pero el problema no está solo en el banquillo, el problema va mucho más allá y traspasa las cuatro líneas del terreno de juego.
Todos los años se publican estudios sobre el ranking de los clubes y la firma Deloitte suele hilar muy fino informando sobre la facturación de los clubes. Si bien es de esperar que los tres primeros sean Real Madrid, F.C. Barcelona y Manchester United, independientemente del orden, sorprende el séptimo lugar del Liverpool. El Arsenal y el Chelsea, equipos sin el ‘pedigree’ de los Reds en Europa, generan muchos más ingresos.
Esta es una situación que se comenta mucho en Inglaterra todos los años. Se han publicado varios libros al respecto, de entre los que destaca, sin ninguna duda, “Passing Rhythms”. No se entiende cómo el Liverpool no está entre los cuatro equipos que más ingresos generan en el mundo. Las explicaciones que se dan son varias, pero siempre se parte de la base de que el Liverpool perdió el paso con la tragedia de Hillsborough en el año 1989.
Después del terrible suceso en el que murieron 96 aficionados Reds, el Liverpool se encerró en sí mismo y perdió el liderazgo tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. El ‘Informe Taylor’ que obligaba a reformar los estadios (exigiendo la instalación de asientos) y el hooliganismo, hicieron que bajara la asistencia al estadio con la consecuente pérdida económica que ello conlleva.
El Arsenal, por ejemplo, ha construido un estadio acorde a los nuevos tiempos, con un aforo y unas instalaciones que le han permitido multiplicar sus ingresos respecto a lo que obtenía en el viejo Highbury. En Liverpool se habla de un nuevo estadio, pero es un proyecto que parece que no avanza a la velocidad que debería.
Al Liverpool le costó mucho acceder a las nuevas tecnologías y dejar atrás su excesivo tradicionalismo, que si bien fue uno de los motivos de su éxito durante los 70′ y 80′, no fue capaz de adaptarlo a la modernidad que supuso la creación de la Premier League… ¡fue uno de los últimos equipos en tener página web!
Sin embargo, hasta que sucedió la tragedia de Hillsborough el Liverpool era el modelo a imitar en toda Inglaterra por su fútbol, por su sistema de “scouting”, por su adaptación al mercado, etc… No en vano fue el primer equipo en negociar un sponsor para su camiseta. Su acuerdo con Hitachi, en 1978, marcó un antes y un después en Inglaterra.
Su falta de agilidad para adaptarse al “nuevo fútbol” en el que se ha pasado del deporte al negocio puro y duro le ha supuesto quedarse atrás en el pastel de los ingresos. De todo esto se han aprovechado los demás y el Liverpool sigue pagando caro su falta de previsión. Esto ha redundado en el escaso tirón que tiene el equipo en mercados como el asiático o el americano si lo comparamos con el Real Madrid y el Manchester United, clubes que se reparten más del 50% de los ingresos.
Vemos los partidos del Liverpool y aquellos que simpatizamos con el club, nos desesperamos con el juego, con los fichajes, incluso hasta cierto punto con el entrenador. Sin embargo, los problemas son más profundos y van más allá de los once que juegan. El club necesita un cambio en muchos estamentos. Quizá con esos cambios lleguen los resultados en el campo.
✍️ Raúl Sánchez
🗓️ (20/09/2015)
BRITmanía Radio
