Cualquier cosa puede pasar si tienes a Martin O’Neill en tu banquillo. República de Irlanda llega a la Eurocopa tras hacer un gran papel en la fase de clasificación y doblegar a Bosnia en el play-off por la presencia en el torneo, pero ahora se encuadra en el ‘grupo de la muerte’ y cada partido tendrá la exigencia de una final.
Que la República de Irlanda esté presente en los torneos internacionales siempre es positivo. Sus aficionados, reconocidos por el verdor de San Patricio en sus atuendos, dan un colorido y presentan una alegría que se hace notar siempre, por adverso que sea el resultado. Para un país de apenas cuatro millones de habitantes, en el que el rugby y el fútbol gaélico son los deportes rey, disputar una Eurocopa es ya un éxito. Y van dos seguidas. Y es que aunque la mala suerte se haya cebado con ellos en cuanto a los cruces y los sorteos, los orgullosos verdes han demostrado que nada ni nadie podrá con su ilusión.
Tras quedar encuadrados en el ‘grupo de la muerte’ en el pasado torneo continental, teniendo que luchar ante Croacia, España e Italia (campeona y subcampeona) y tras pasar un grupo terrible para acceder al torneo de Francia, ante Alemania, Polonia y Escocia, los irlandeses han vuelto a ver cómo la suerte le da esquinazo.
Se tendrán que batir el cobre en el Grupo E ante selecciones de tronío como Bélgica, Italia y Suecia. Dicen las casas de apuestas que lo lógico sería no conseguir ni un punto. Pero eso ya no vale, sobre todo tras ver cómo los de O’Neill mancillaban a la campeona del mundo por partida doble. Primero allí, en Alemania, y luego ante su afición con un solitario tanto de un Shane Long al que aún están persiguiendo los teutones.
Dispone Martin O’Neill de una variedad táctica y una cantidad de recursos innumerables que hace prácticamente imposible augurar un once ideal, por mucho que haya jugadores imprescindibles. Así, el técnico ha ido cambiando piezas desde que tomó el mando. No solo en la alineación, sino también en la convocatoria. Jugadores imprescindibles en un partido que se quedaban fuera incluso de la lista en el siguiente.
Con todo, se antoja posible que O’Neill disponga un 4-5-1, que puede mutar en 4-4-2, según la dificultad del partido y las amenazas del rival. Ya en la portería habrá un dilema. Rob Elliot, guardameta del Newcastle y último dueño de la meta irlandesa, ni siquiera entró en la preconvocatoria de 35 jugadores. Así, el veterano Shay Given y el guardameta suplente del West Ham, Randolph, deberán luchar por un puesto. Given, otrora estrella, no está en su mejor momento de forma a sus ya 40 años y en algunos partidos ha mostrado achaques de la edad. Por no hablar que en otros muchos ni siquiera ha podido seguir por lesión.
- Defensa:
La línea de cuatro tendrá dos hombres fijos y otros dos variables. Es así que Seamus Coleman y O’Shea serán inamovibles durante todo el torneo. El del Everton es posiblemente el jugador de mejor nivel de todo el seleccionado, mientras que el ex del Manchester United da los últimos coletazos de su carrera. Superará, por cierto, a Kevin Kilbane como tercer jugador de la historia con más partidos con esta camiseta, teniendo solo por delante a Given y Robbie Keane.
Acompañando a éste podrán estar Ciaran Clark o Keogh, aunque lo más probable es que sea Shane Duffy, que pese a sus tres partidos como internacional, parte con ventaja tras su gran campaña con el Blackburn. El perfil zurdo será para Brady, con casi toda seguridad. En función de cada partido, el jugador del Norwich actúa por delante de la línea defensiva. En ese caso, sería Ward quien entraría en el once haciendo un doble lateral.
- Mediocampo:
Lo que parece innegociable es el doble pivote. Whelan y McCarthy jugarán si están bien. Ya por delante, llegan todas las dudas. Un abanico de jugadores para cuatro puestos. La movilidad y polivalencia de la mayoría de ellos, además, hacen que el quebradero de cabeza de O’Neill sea de gran dimensión. En los últimos duelos ha preferido el técnico colocar por delante de ellos a Hoolahan, con dos jugadores bien abiertos en banda y Murphy solo en punta.
Hace unos meses, el 4-4-2 era siempre seguro con Walters en el verde. La irregularidad e inconsistencia de jugadores como Shane Long, McGeady, Hoolahan o James McClean provoca la inseguridad en un once tipo. Así, es posible que todos ellos tengan minutos durante el torneo y no haya un titular claro.
- Ataque:
Por delante, Robbie Keane asumirá un rol que todavía desconoce. El eterno capitán cumplirá 36 años durante la cita y ya no es el que era hace temporadas. Llega lesionado, por lo que lo más seguro es que ni juegue en el debut. En los últimos duelos su dosificación ha sido cuestión casi de estado, perdiéndose partidos importantes por no estar a un tono físico apto y jugando otros muchos por el simple hecho de llevar ese apellido en su camiseta.
Sería injusto no referirse a Hendrick, el jugador que lleva de titular casi toda la fase de clasificación, ya sea en la derecha o en la izquierda, ya sea en un 4-3-3- o en un 4-4-2. El del Derby County llega en un gran momento de forma y su capacidad de trabajo, unida a su talento individual, le hacen uno de los jugadores más peligrosos.
También será el turno de analizar bien de cerca a Shane Long. Anotador de goles claves en la fase de clasificación, es el jugador cuyo nivel más trae de cabeza al técnico. Talentoso como pocos, con capacidad para cambiar cualquier partido, su espíritu de vago, su bajo compromiso y su dejadez pensando que el talento lo es todo nunca le permiten mostrar su mejor versión con continuidad. Juega muy bien a la pelota, pero no tanto al fútbol. Su gran temporada ya le hace oír cantos de sirena de equipos como Liverpool o Everton y para O’Neill, que no se cansa de pincharle para sacar su máximo rendimiento, sería una gran noticia que quisiera hacer un gran torneo. Será la principal referencia arriba si él quiere.
Si algo ha demostrado la selección irlandesa ha sido la capacidad para venirse arriba en los momentos difíciles. Aquel cabezazo de O’Shea en Alemania profanando la casa del campeón mundial en el último minuto; el empate de Shane Long, también en el alargue, ante Polonia, borrando una derrota que habría significado el adiós a la Eurocopa; los dos tantos inaugurales de Aiden McGeady en la puesta de largo o aquella diana de Shane Long, otra vez Shane Long, ante Alemania, colándose entre una zaga que aún le sigue buscando.
- Rivales de grupo:
El primer envite será ante Suecia (13 de junio) y se antoja obligatoria la victoria ante el rival, a priori, más sencillo para soñar con pasar de grupo. Los chicos de Ibrahimovic no dejan de ser superiores a los de O’Neill y tienen mucha más experiencia en estos torneos, pero no es menos cierto que los suecos llegan ya con una generación algo pasada de vueltas y que los imberbes aún podrían pagar la novatada.
El siguiente rival será Bélgica (18 de junio). Los Diablos Rojos copan las casas de apuestas como claros favoritos al torneo. Hombre por hombre, línea por línea, la verdad es que pocos equipos hay como los belgas. Como conjunto son un bloque y falta saber si las individualidades de los de arriba, de los importantes, estarán a la altura para dar el paso adelante que se presupone. Es lógico que aquí O’Neill, ante el potencial ofensivo de los de Wilmots, juegue un papel algo más conservador. Aunque todo dependerá del resultado del primer duelo.
Cerrará el grupo Italia. Cierto que la Azzurra no presenta su mejor versión y que en la lista falta calidad a raudales comparando con la selección que siempre han sido. Pero Italia es Italia. El gen competitivo nunca se pierde y en un último partido donde los dos necesiten resultados se antoja imposible sacar algo positivo ante los de Conte.
- Presencia histórica:
No está acostumbrada Irlanda a jugar torneos de grandes magnitudes. No obstante, solo ha disputado dos Mundiales hasta la fecha y esta será su tercera Eurocopa (tras 1988 y 2012). La afición acudirá en volandas, sobre todo si tenemos en cuenta la cercanía del lugar de celebración. Pero la fiesta de una Eurocopa es inigualable. Nadie creía en la Grecia que conquistó Portugal. Pocos daban un euro por Dinamarca en el 92′. Aquel penalti de Panenka nos enseñó que las cosas más imposibles a veces se hacen realidad y hasta en 2008, cuando España se hizo con el trofeo, que superase la Fase de Grupos se consideraba utópico.
Nadie podrá exigir nada a República de Irlanda, que solo ha logrado una victoria en seis encuentros en estos torneos. Pero el derecho a competir se lo han ganado con su propio sudor. Obligados a nada, pero con derecho a todo.
🧑💻 Juani Guillem
🗓️ (07/06/2016)