El equipo de los Dragones quedó eliminado de la Eurocopa, en octavos de final. El conjunto comandado por Robert Page cayó ante Dinamarca (0-4) y se despidió del certamen. Repasamos el accionar galés dentro de esta Euro 2020.
Acabó el sueño de Gales en la Euro 2020. Chris Coleman había dejado la vara muy alta en 2016, llegando hasta semifinales. Ahora, el equipo es apeado, bajo la dirección de Page, en octavos de final ante una Dinamarca muy motivada por la figura de Christian Eriksen, ex futbolista del Tottenham Hotspur.
Gales comenzó de forma aceptable, empatando con Suiza (1-1). En ese partido brilló el inmenso Kiefer Moore, de quien se esperaba más para el resto de partidos.
El siguiente juego fue clave para Gales, ya que venció con mucha solvencia a Turquía (2-0). Fue el único partido donde se lució plenamente Gareth Bale, muy venido a menos en este torneo continental. El extremo brindó las dos asistencias para que los suyos ganaran el duelo, con tantos de Aaron Ramsey y Connor Roberts. Se trató del único juego donde los Dragones dejaron su meta a cero.
Muchos esperaban una reacción de Turquía, pero lo cierto es que con ese resultado labró su eliminación. Muy poco de Söyüncü, líder en la zaga del Leicester City, y compañía.
Para el tercer juego Gales llegaba con buena moral y ambiente. Enfrente tenía a Italia y buscaba dar una campanada para recobrar esos aires de la pasada Eurocopa. Sin embargo, el oficio de los italianos pesó y se llevaron la victoria (1-0), con un Verratti estelar.
Gales se mostró muy vulnerable más allá del marcador. Pese a la expulsión de Ethan Ampadu, los Dragones evitaron ser vapuleados por más goles. Rodon y Ward fueron claves para que el declive no llegara a destrozarlos anímicamente. Fue un muy mal síntoma. Igualmente, Gales avanzó en el segundo lugar del grupo, por tener mejor diferencia de gol que Suiza.
Llegó el partido de octavos de final contra Dinamarca. Desde el primer tiempo los británicos no dieron muy buenas sensaciones en aras de llevarse el encuentro. Muy por el contrario, lucieron irreconocibles, perdidos en el campo y con una recompensa a la altura de los esfuerzos puestos.
Dos goles de Kasper Dolberg, uno de Joakim Mæhle y otro de Martin Braithwaite sentenciaron el partido y el destino de Gales en el torneo.
Para dimensionar lo mal que jugó Gales, apenas podría rescatarse individualmente las actuaciones, medianamente decentes, de Daniel James y Joe Morrell. El primero lo intentó por izquierda con mucho acierto, pero poca compañía, mientras que el segundo fue la chispa solitaria que iluminó un pobre mediocampo, superado por la dinámica danesa. Un cierre de telón muy doloroso para un equipo que había demostrado en la previa mucho orden y coraje.
Pero no todo está perdido para Gales. Cabe reconocer que no haber tenido el seguimiento de Ryan Giggs fue clave para la evolución del equipo en la cancha. Hay muchos jóvenes y nuevos talentos quienes buscarán ir madurando y dar el extra para crecer en las próximas eliminatorias mundialistas rumbo a Catar 2022.
Llegó el momento de hacer las reflexiones pertinentes para corregir en el futuro. Hay un camino rutilante para transitar y no es momento de bajar los brazos.
Podemos poner sobre la mesa algunos nombres propios de este plantel. Daniel James se desquitó y aportó todo lo que pudo tras la falta de minutos sufrida en el Manchester United. Muy notable también lo de Chris Mepham, el defensor de Bournemouth quien fue clave para que los Cherries pelearan esta pasada campaña por estar en Premier League; va saliendo de la juventud con muchos honores. Por último, hay que darle crédito a Gareth Bale. Lo mejor de Gales surgió cuando él fue protagonista.
Por último, una mención especial para Danny Ward. Hizo lo que pudo y no sumó ningún error significativo que le condenara. Para ser suplente y casi no ver ni un solo minuto en Leicester, demostró un gran profesionalismo.
Mirar al futuro no es menor consuelo. Gales volverá y aquí estaremos para darle el seguimiento que merece.
✍️ Robbie Ruud
🧑💻 Juani Guillem
🗓️ (28/06/2021)