Aunque muchos no recuerden, Hidetoshi Nakata, el mejor jugador de la historia de Japón, pasó por la Premier League. Fue en la temporada 2005/2006, su última campaña en activo, y defendió los colores de un Bolton que entonces vivía su época de bonanza.
Hay jugadores que cargan con tanto peso encima de sus hombros que un día, antes de que les llegase el final, su cuerpo y su mente dicen basta. Eso fue lo que le sucedió a Hidetoshi Nakata, estrella efímera asiática, ídolo de masas nipón, aquel adolescente japonés que se convirtió en Oliver Atom y que logró lo que todo un país soñó ser alguna vez.
Nakata era un jugador sin igual, que levantaba pasiones a la par tanto en el terreno de juego como fuera de él. En sus orígenes asentado como delantero referencia, su cuerpo menudo y su habilidad para con el balón acabaron por hacerle reciclarse hasta posiciones más retrasadas, siendo la mediapunta su hábitat natural.
Tanto progresó su juego que abandonó su país y poco a poco comenzó a subir escalones, pasando del Perugia a la Roma. Tanto era el juego del nipón, que un técnico considerado ultradefensivo como Fabbio Capello se decidió a pagar 22 millones de euros por él. El Parma, tres años más tarde, envió una más grande aún e invirtió 27 millones por hacerse con sus servicios.
Y de la misma manera que su juego evolucionaba, sin parecer tener límite, lo hacía su incidencia fuera del campo. Estrella del marketing, fue pionero en llevar cortes de pelo extravagantes y tintes de colores en una moda que hoy está bien extendida en su país.
Nike lo convirtió en una de sus estrellas más representativas y apareció como protagonista en varios spots publicitarios, incluidos quizás los dos más famosos de la marca: aquel en el que un equipo liderado por Davids debía robar un balón protegido por robots indestructibles; y otro en el que se jugaban partidos 3vs3 en una jaula propiedad de Cantoná. Al lado de Totti y Henry, el nipón humilló a jugadores de la talla de Ronaldinho, Crespo, Figo, Ronaldo o Roberto Carlos. Fue cabeza de cartel en aquel torneo ficticio y Nike decidió que, entre todas las estrellas que tenía por contrato, él fuera el ganador.
Entonces llegaron las lesiones. Nakata comenzó a pasar más tiempo en las pasarelas que en el campo y empezó a vivir el camino inverso en clave futbolística. Con una Serie A y una Coppa de Italia en su palmarés y recién incluido en la lista FIFA 100 elaborada por Pelé con los 125 mejores futbolistas de la historia, Nakata decidió que había llegado su momento de decir adiós. Ya en la Fiorentina, donde había pasado a ser un actor secundario, tomó la decisión de colgar las botas tras preparar el Mundial de 2006. Para ello, aún tenía que disputar una temporada más y quería hacerlo de la mejor manera.
Nakata pidió a la Fiorentina salir y buscar minutos en un equipo donde fuera titular indiscutible. Aterrizó en la Premier League justo el año previo a su adiós. Lo hizo en un Bolton que vivía sus mejores años en la época moderna y compartió filas con Kevin Nolan, Gary Speed, Okocha, Diouf o Borgetti. Su año fue irregular, con más lesiones de las queridas. Aunque siempre que estuvo fino, el jugador fue titular en una campaña en la que el Bolton acabó octavo en Premier League y pasó la fase de grupos en la Copa de la UEFA.
Nakata brilló, dio los últimos coletazos y las últimas pinceladas, los últimos resquicios de una carrera que se apagaba. Como una traca final antes de esfumarse. Se exprimió al máximo para hacer un Mundial colosal con Japón en aquel verano. Se echó a su selección a sus espaldas y solo la mala suerte impidió a Japón llegar lejos.
Solo tenía 29 años cuando colgó las botas. Quizás la mejor edad para un futbolista, esa en la que madurez, experiencia y desarrollo físico unen sus caminos. Pero el peso que tenía que soportar era demasiado. Tanto, que una vez retirado, ha decidido alejarse de todo y de todos y vivir sin la presión de todo lo que le rodeaba. Hoy, el nipón pasa sus días ayudando a los más necesitados a través de su fundación y se ha propuesto recorrer el mundo varias veces.
Muchos no lo recuerdan, porque su paso fue efímero. Pero Nakata jugó 32 partidos con el Bolton Wanderers y marcó un gol en la victoria de su equipo (2-0) ante el West Bromwich Albion. La Premier League disfrutó en sus filas del mejor jugador de la historia de Japón, aquel mediapunta de dibujos animados que está injustamente olvidado por casi todos.
🗓️ (06/05/2017)