El 26 de febrero de 2023, Loris Karius volvió a la élite en un escenario inmejorable: la final de la Carabao Cup ante el Manchester United. Para el Newcastle, era su primera final copera desde 1999 y la primera de League Cup desde 1976.
Nick Pope estaba sancionado tras su expulsión ante el Liverpool; Dúbravka, inhabilitado por haber jugado la copa con el United; Darlow, cedido al Hull City; y Gillespie, fuera de forma. Así, el dueño del arco en Wembley no podía ser otro que Loris Karius.
Y créanme, no es poca cosa. Después de todo lo que ha tenido que superar, quizás el destino le tenía guardada una última bala para demostrar que aún puede aportar en un club con grandes aspiraciones.
Un equipo en pleno crecimiento, en línea ascendente, como lo era en su momento el Liverpool de Jürgen Klopp. Allí, Loris Karius vivió su mejor versión entre enero y mayo de 2018, siendo el portero más destacado del país… justo antes de aquella fatídica noche en Kiev, donde todo cambió.
Fue el 26 de mayo de 2018, una fecha que el guardameta oriundo de Biberach an der Riß difícilmente podrá borrar. El Liverpool regresaba a una final de Champions tras 11 años (Atenas 2007, vs. Milan), pero se quedó con la miel en los labios. Dos errores groseros de Karius, ante Benzema y Bale, dinamitaron el encuentro y permitieron que el Real Madrid levantara su tercera ‘Orejona’ consecutiva (2016, 2017, 2018).
Su imagen tras el pitido final, juntando las manos en señal de disculpa mientras intentaba contener las lágrimas ante la afición Red, fue el retrato de un dolor que muchos creyeron irreparable. No había fallado un día cualquiera: lo hizo ante los ojos de todo el ‘planeta fútbol’, en el mayor escenario posible a nivel de clubes.
Loris intentó desconectar durante sus vacaciones, y al regresar a Liverpool, Anfield le brindó una recepción inolvidable en un amistoso veraniego ante el Torino.
Después de todo lo que pasó, la primera vez que volví a Anfield me dieron una ovación. Fue genial. Puede que haya algún tonto en Internet, pero los verdaderos aficionados del Liverpool siempre están detrás tuyo (apoyándote), declaró en el canal de Twitch del periodista Fabrizio Romano, en octubre de 2021.
Pero el proceso de sanación personal no iba a ser tan sencillo. Su compatriota Jürgen Klopp, consciente de que fortalecer la portería era clave para construir un Liverpool campeón, fichó a Alisson Becker, figura de la Roma en aquella misma Champions.
La portería de Anfield tenía nuevo dueño y Karius perdió el sitio que se había ganado, por méritos propios, meses atrás. Salió cedido: Beşiktaş, Union Berlin… Pero en lugar de reencontrarse con su mejor versión, se topó con la más dura de las realidades. Kiev se convirtió en una etiqueta que lo perseguiría de por vida, un recuerdo incómodo con el que debía aprender a convivir.
“Ha hecho un Karius”, vociferaba un célebre narrador español mientras Salah celebraba su gol tras el fallo de Courtois en Anfield, aquel 21 de febrero.
El público no ha olvidado los bloopers de Kiev. No lo hará. Es cierto que un Liverpool vs. Real Madrid en Europa reaviva recuerdos que parecían dormidos, pero cargar eternamente con ese estigma parece injusto. Karius hizo un Karius, Courtois hizo un Courtois… y cualquier portero, tarde o temprano, tendrá su propio error. Porque todos deberíamos seguir el ejemplo de Loris y empezar a normalizar el fallo, a aceptarlo como parte del proceso. En la portería, en el fútbol… en la vida.
Esa fue su primera aparición de la semana en nuestras pantallas, pero todos sabíamos que no sería la última. El Newcastle, golpeado por las bajas en su portería -sin Nick Pope ni Martin Dúbravka-, debía afrontar una final de League Cup sin sus guardametas más habituales.
Le tocaba a Loris Karius. Fichado como agente libre el 12 de septiembre, tras la lesión de Karl Darlow en un entrenamiento, su llegada fue silenciosa y sin grandes expectativas. Apenas había brillado en un amistoso ante el Al-Hilal durante el Mundial en Riad. Desde entonces, su papel fue testimonial, a la sombra de un Nick Pope estelar bajo los palos del mejor Newcastle del siglo XXI. Hasta ahora.
Le tocaba dar un paso al frente en Wembley, tras todo lo vivido a nivel personal. El escenario era inmenso y la presión, máxima. Pero Karius, para sorpresa de algunos y alegría de quienes aún guardamos un recuerdo cálido de su etapa en Anfield, respondió con creces.
Con 8 paradas -varias en situaciones realmente comprometidas-, sostuvo al Newcastle con una actuación que lo volvió a poner en el escaparate. Un rendimiento así bien podría abrirle la puerta a un futuro traspaso. Con esta confianza, no sería descabellado verlo nuevamente bajo los palos de un equipo de primer nivel. Después de todo, el futuro aún tiene capítulos por escribir para el alemán.
El Manchester United ganó, y Loris Karius salió derrotado. Sin embargo, es importante reconocer que el alemán ha sido, quizás, el perdedor de una historia mal contada. Tuvo que tragar su fracaso, digerir la decepción y aprender a caminar con una nueva etiqueta, esa que lo marcó durante tanto tiempo, pero que ahora empieza a dejar atrás. Se ha levantado, y por eso, en cierto modo, es un ganador. A sus 29 años, lo mejor está por venir.
Como dicen los tatuajes en sus gemelos, la lucha interna es dura, pero la fe nunca debe perderse. Porque tal vez, justo a la vuelta de la esquina, surja una nueva oportunidad para cambiarlo todo.
Welcome back, Loris.
🗓️ (05/03/2023)

Redacción Premier League
