SEAN DYCHE, EL MAGO DEL PROLETARIADO

Comparte la esencia BRIT

En una liga como la Premier League, es complicado hacerse un hueco entre los grandes. Pareciera que la nobleza no permite al pueblo entrometerse en sus resúmenes y ‘highlights’. No obstante, a 50 minutos en coche desde Manchester (actualmente la capital del buen fútbol y las victorias), está Burnley, una ciudad perteneciente al condado de Lancashire. En ella, reina la calma, el queso… y Sean Dyche.

Hace unos años, concretamente uno antes de que el Leicester lograra la mayor gesta del fútbol moderno, el Burnley descendió tras una sola temporada en la máxima categoría del fútbol inglés. Aquel equipo transmitía puro aroma británico. Dentro de una liga plagada de estrellas, los Boyd, Taylor, Jones, Kightly y compañía, liderados por los desconocidos Kieran Trippier y Danny Ings, pelearon con bravura hasta el final de temporada. Aquel elenco no se salvó, pero la lección estaba aprendida.

La directiva mantuvo en su puesto a Sean Dyche, sabedor de su valor y capacidad para exprimir el máximo a sus jugadores. Un año más tarde estaban de vuelta. Y es que si algo ha caracterizado siempre a este equipo es el no rendirse jamás. 

Dyche volvió a hacerlo. Si la primera vez se inventó a un tal Danny Ings, tras perder a Charlie Austin, esta vez lograría que Andre Gray (su fichaje costó unos €12.5 millones) formase una pareja goleadora con Sam Vokes, para regresar a la élite.

Sin perder la esencia y apostando por jugadores puramente británicos, con algún toque exótico como Steven Defour o Jóhann Guðmundsson, Sean Dyche volvió a lograr el objetivo de la permanencia en la campaña 2016/2017. El reto para la nueva temporada era el mismo, sobrevivir en una liga ultra competitiva. Para ello había que reforzarse bien, mantener al mayor número de jugadores posibles e incidir en las áreas más frágiles.

No consiguió retener ni a Michael Keane, ni a Andre Gray, pero en su lugar llegó Chris Wood. En cuanto al centro de la zaga, Dyche no tenía dudas. En la recámara aguardaba James Tarkowski, un central llegado del Brentford y listo para acompañar a Ben Mee. La incorporación más importante, sin duda alguna, fue la del inglés Jack Cork, líder indiscutible y timón del barco. El ex Swansea aterrizó en Turf Moor, con un coste de €9 millones. No solo se ha mantenido a un gran nivel, sino que también ha progresado y se ha ganado la llamada de Gareth Southgate.

Con un jugón como Robbie Brady en una banda y un alero veloz, como puede ser Scott Arfield, Dyche dio paso al sistema 4-2-3-1, sustituyendo el clásico 4-4-2 que le había acompañado durante mucho tiempo. La idea era la misma: formar un bloque sólido en defensa, ser veloz en el contragolpe y compacto en el medio, con un pivote puro (Cork), un ‘box to box’ (Defour) y un centrocampista que ordenase y ayudase tanto en defensa como en ataque (Hendrick).

Además, Chris Wood y Sam Vokes se han repartido los minutos y gran parte de los pocos goles que ha anotado el equipo.

Tras haber anotado solamente 10 goles en las primeras 11 jornadas, cualquiera pensaría que el barco navega con un rumbo descontrolado. El West Ham, decimoctavo clasificado, lleva un gol más. Y aquí, damas y caballeros, es donde Sean Dyche hace magia.

El Burnley es el equipo que más provecho le está sacando a sus goles. Esos insignificantes -para algunos- diez tantos, han permitido al conjunto Claret auparse en la tabla hasta la séptima posición. Por delante tiene a los grandes de Inglaterra, que superan las dos docenas de goles (salvo el Chelsea, con 19).

Pero no os penséis que el Burnley se encierra atrás y se olvida de que en el fútbol gana el que más goles marca. A este Burnley le gusta atacar, dentro de lo que su calidad y el propio estilo férreo le permite.

El mérito de Sean Dyche es indudable. Nadie contaría a estas alturas del campeonato que un modesto como el Burnley estuviese séptimo, pero esa es la realidad del fútbol inglés actual. Entre todo el dinero, las avanzadas estrategias y novedosos esquemas, los prometedores nombres y el sinfín de recursos futbolísticos, emerge la figura de un pelirrojo que ha hecho del Burnley un equipo con carácter, aguerrido, y con la esencia de una afición que sueña con ver al conjunto Claret acabar en la zona de los nobles.

Un Burnley que se niega a seguir las reglas y las modas imperantes en la liga de Pep Guardiola, José Mourinho y demás técnicos con un currículum impecable. Y es que hay un solo mago en la Premier League: Sean Dyche, el hombre que hizo de Turf Moor el templo de la revolución del proletariado.

✍️ Xane Silveira

🗓️ (08/11/2017)

The following two tabs change content below.

Redacción Premier League

Nuestro rincón de la mejor liga del mundo. Iluminados por las luces de la Premier League. Los mejores, en un solo lugar.

Entradas relacionadas

Deja tu comentario