El 15 de abril de 2024 se cumplieron 35 años de la Tragedia de Hillsborough, el suceso más sonoro en las gradas de un campo británico, que acabó con la vida de 97 aficionados del Liverpool. Lamentablemente, esta tragedia no fue la única y hacemos un repaso histórico de las otras catástrofes vividas en los estadios de las Islas.
- El desastre de Ibrox Park (I):
Eran los albores del fútbol. Viajamos hasta el año 1902, cuando muchas asociaciones que hoy son centenarias ni siquiera se habían fundado. Inglaterra y Escocia se medían en Ibrox Park en un partido por el campeonato británico de selecciones. Había un aforo cercano a los 70.000 espectadores, aunque el dato es estimado y no oficial. Ibrox Park era un estadio nuevo, reciente. Apenas se había construido hacía tres años y aquel encuentro, más allá de ser el que albergaba por primera vez un duelo de selecciones, se trataba del primero en el que el estadio permitía el acceso a más de 30.000 personas.
Corría el minuto 30, aproximadamente, cuando la West Tribune Stand se derrumbó. No se sabe muy bien por qué. Un cúmulo de cosas. Aquel 5 de abril las lluvias eran torrenciales. El éxtasis de los aficionados por ver a su equipo, que estaba a punto de lograr el campeonato, ayudó. Las gradas, de madera, cedieron. Miles de personas acabaron cayendo a las gradas inferiores o, directamente, al suelo de la calle exterior del estadio.
Dos personas fallecieron en el acto. Otras 23 lo hicieron por las heridas horas o días después. Hubo más de 300 heridos y el partido, increíblemente, se reanudó y se jugó. ¿El motivo? Las autoridades temían que el público saliera en masa aterrorizado del estadio y aquello supusiera dificultades en las labores de rescate. Aquel fue considerado el primer gran desastre en un estadio de fútbol. El partido finalizó, pero el resultado fue anulado por la organización y fue posteriormente jugado en Villa Park, cuya recaudación sirvió para ayudar a las víctimas.
- Burnden Park, la casa de los horrores del Bolton:
Sexta ronda de FA Cup. El Bolton recibía al Stoke City. Nos situamos en el año 1946 y los locales llevaban un resultado muy favorable de la ida. Estaban a solo 90 minutos de jugar la semifinal. Quizás, por eso, 85.000 personas se dieron cita en un estadio que solo estaba habilitado para 60.000. Las matemáticas no cuadraban. Algo fallaba. Y todo iba a estallar. El partido estaba a punto de empezar, pero ya había sensación de asfixia. No cabía un solo espectador más, pero las personas seguían entrando. El público se taponaba y las autoridades no podían controlar a las masas. Abrían y cerraban entradas para intentar desahogar, por momentos, zonas que ya no tenían control. El público se aglomeraba y amontonaba de tal manera que empezaba a caer.
Dos vallas cedieron. Los cuerpos no tenían control. Algunos ya inertes. Unos encima de otros. Al fondo, entre cuerpos pesados que iban a servir como losa para oprimir la respiración de los menos afortunados. Fueron 33 las personas que perdieron la vida allí. Casi todas caídas al césped, fruto de esas vallas que no soportaron el peso humano que buscaba una escapatoria sin éxito. Otros 500 acabaron heridos.
Y, tras una pequeña suspensión, dejaron los cadáveres a un lado, echaron un poco de serrín, marcaron de nuevo las líneas del campo y el duelo se reanudó entre cuerpos sin vida tirados en cada espacio más allá de esas líneas.
Aquella tragedia supuso el primer gran control de masas exhaustivo para eventos deportivos en territorio británico. Se impusieron límites nuevos para estadios con mayores capacidades y se exigió que los torniquetes de acceso contabilizaran automáticamente cada vez que un nuevo espectador lo superaba.
- El desastre de Ibrox Park (II):
Casi 70 años después de la primera gran tragedia, Ibrox Park volvió a vivir un episodio horroroso. No era un partido cualquiera. Old Firm, la batalla de todas las batallas. Rangers y Celtic empataban en un duelo absolutamente aburrido que había brillado por la ausencia de ocasiones. De repente, el Celtic se adelantó en el marcador. No fue en un momento cualquiera, sino que ocurrió en el minuto 89. Aquello produjo una sensación de frustración en los hinchas locales. Había más de 100.000 personas. Salieron en masa. Abandonaron el estadio pensando en regresar pronto a sus casas, enfadados por encajar en el último instante del partido.
Pero mientras esto sucedía y se reanudaba el juego, el Glasgow Rangers igualaba el marcador. Éxtasis. No queda claro cómo sucedió. Algunos testigos afirman que los hinchas que se marchaban se dieron la vuelta al oír la algarabía que produjo el empate. El informe policial niega esta hipótesis. El caso, sea como sea, es que una persona se tropezó y cayó al suelo. Presumiblemente cargaba en brazos con un niño pequeño. Otra persona tropezó con esta y también probó las mieles del suelo de hormigón. Y así, uno tras otro hasta formarse un tapón. Una muralla de cuerpos humanos que llegó a tener casi dos metros de altura. Ya no había escapatoria. 66 personas fallecieron, casi todas por aplastamiento o asfixia. Otras 200 resultaron heridas.
- El infierno de Valley Parade:
El 11 de mayo de 1985, una fiesta se convirtió en tragedia. El Bradford se despedía de la Football League Third Division en su casa, Valley Parade. Los Bantams habían logrado el ascenso días antes y lo iban a festejar con sus aficionados en un partido ante el Lincoln City.
A tres minutos para finalizar el primer acto, el linier llamó corriendo al árbitro. Ambos se reunieron y el colegiado principal decretó la suspensión del partido. ¿El motivo? Un incendio se había generado en la tribuna principal, construida casi 80 años antes. Algunos espectadores pudieron saltar al césped, viendo que el duelo estaba detenido, pero otros no corrieron la misma suerte. Escapando del humo y de las llamas, buscando la calle, trataron de abandonar el estadio por los mismos tornos de acceso de entrada. El problema es que los operarios de seguridad del estadio ya habían bloqueado esas salidas para que nadie se pudiera colar al partido sin entrada una vez este había empezado. Así, algunos espectadores quedaron enjaulados entre las llamas y las puertas atrancadas. Atrapados en el infierno.
Fallecieron 56 personas y se reportaron 265 heridos. El origen del incendio, según la investigación policial, fue una colilla mal apagada que se había unido a los restos de basura almacenados en todo el graderío. El incendio se propagó rapidísimo. En apenas cuatro minutos toda la tribuna principal era una muralla naranja. El club debió jugar casi dos años enteros fuera de casa, mientras se reconstruía su estadio.
- La Tragedia de Heysel:
No sucedió en suelo británico, pero sí es necesario recordarlo. Solo dos semanas después de Valley Parade, una nueva debacle asoló el mundo del fútbol. Liverpool y Juventus jugaban en Bélgica el partido de los partidos: la final de la Copa de Europa.
Poco antes del inicio del encuentro, pero con casi todos los espectadores ya dentro del estadio, tuvo origen el drama. Aficionados del equipo inglés, en su mayoría con elevadas dosis de alcohol, comenzaron una caza de brujas contra los seguidores juventinos. Se trataba de los hinchas más radicales del Liverpool. Lograron acorralar a los italianos, que intentaban escapar de la batalla campal que se les estaba viniendo encima, cuando algunas de las vallas cedieron. Otras, fijas para impedir esas invasiones, provocaron que la gente quedara embotellada y no pudiera salir del tumulto que se había generado.
39 espectadores murieron, casi todos por aplastamiento y casi todos seguidores de la Juventus. En Bruselas se declaró el estado de sitio, pero eso no fue suficiente para que la UEFA suspendiera la final. El partido se retrasó, pero se jugó, con cadáveres al otro lado de la línea de cal que marca los límites del campo.
Aquello supuso un antes y un después en el mundo del fútbol y del hooliganismo. La UEFA castigó a los equipos ingleses de la manera más dura conocida hasta la fecha al prohibirles competir en Europa durante cinco años (seis, en el caso del Liverpool).
🧑💻 Juani Guillem
🗓️ (07/06/2024)