Pregunta: ¿Equipo histórico escocés que sufrió un descenso administrativo y busca regresar a la élite? La respuesta parece obvia. Muchos pensarán en el Rangers. Sin embargo, hay otro club que también encaja perfectamente en esa descripción: el Dunfermline Athletic. Con más de 130 años de historia, el club, golpeado por graves dificultades económicas, está en pleno proceso de recuperación.
A finales del siglo XX y principios del XXI, el Dunfermline Athletic se codeaba con los equipos más destacados de la primera división escocesa. Aunque nunca disputó ligas al Celtic ni al Rangers, tuvo presencia en la Europa League en varias ocasiones y fue subcampeón de la copa en tres oportunidades. En resumen, un equipo modesto que, sin hacer ruido, solía estar en la mitad alta de la tabla.
Los Pars no juegan en la máxima categoría desde 2012, cuando sufrieron el descenso. Tras una gran campaña, el club se declaró insolvente y entró en bancarrota. La federación les impuso una deducción de 15 puntos y una prohibición de fichajes. Ese mismo año, tras la sanción, descendieron a tercera división. Muchos jugadores abandonaron el equipo, pero el club siguió confiando en Jim Jefferies. En un gesto de apoyo, renunció a su salario para ayudar con las medidas del administrador Bryan Jackson.
Afortunadamente, el Dunfermline Athletic ha saldado su deuda de £10 millones gracias a una política austera de fichajes y a la solidaridad de sus miles de aficionados. En las últimas temporadas, el equipo dirigido por Allan Johnston ha estado cerca de ascender a la segunda división, aunque ha tenido mala suerte. Hace un par de años coincidió en la misma liga con el Rangers, que acabó ganando el torneo, y el año pasado perdió en los play-offs. Sin embargo, este año todo apunta a que el ascenso está al alcance.
El Dunfermline ha aprendido de sus errores y, con la recta final de la temporada por delante, se presenta como uno de los principales favoritos para el ascenso directo. Con una ventaja de más de diez puntos sobre el segundo clasificado, Peterhead, los Pars han logrado una impresionante trayectoria ascendente. El buen trabajo de Johnston, una plantilla que sobresale para la tercera división escocesa, un juego arrollador, el atacante marroquí El Bakhtaoui, que está imparable, y una afición que sueña con el regreso a la élite, son la receta perfecta para un regreso triunfal.
En cuanto a la afición local de Dunfermline, hay que destacar su dedicación inquebrantable. Cada vez que el equipo juega en su imponente East End Park, más de 3.000 aficionados llenan las gradas para apoyar a su club. Esta cifra es notablemente alta para la tercera división, donde los estadios suelen recibir no más de 600 hinchas. Para ponerlo en perspectiva, equipos de primera división como Inverness, Kilmarnock, Partick Thistle, St. Johnstone o Hamilton no alcanzan esa cantidad de seguidores en sus partidos.
Tras atravesar la tempestad, las aguas en East End Road finalmente se han calmado. Es un alivio ver cómo el Dunfermline ha solucionado sus problemas financieros y se encuentra cerca de regresar a su lugar entre los grandes de Escocia. Es saludable para el fútbol escocés que los históricos, golpeados por dificultades económicas a lo largo de los años, vuelvan a entusiasmar a sus hinchadas y reaviven la pasión por el fútbol en sus respectivas ciudades.
Para concluir, es importante señalar que este mal endémico ha afectado a varios clubes escoceses a lo largo de los años. Aunque el caso más similar es el del Rangers, equipos como Livingston, Greenock Morton, Hearts, Dundee FC y Motherwell también han atravesado dificultades económicas severas. Otros, como el Clydebank FC o el Gretna, no tuvieron la misma suerte y acabaron desapareciendo. Ojalá en unos años veamos a los Pars nuevamente peleando con los grandes del país. Se lo merecen después de tantos años luchando en la tercera división.
🗓️ (07/03/2016)
Redacción Escocia
