Una nueva generación verá fútbol y recordará al Manchester City como el equipo a batir, no solo en Inglaterra, sino en toda Europa. Sin embargo, no siempre fue así. De hecho, escucharán a las generaciones anteriores hablar de una tiranía similar, pero con los vecinos de rojo: el Manchester United
Más de diez años han pasado desde una fecha histórica. El 8 de mayo de 2013, el Manchester United levantaba su vigésimo trofeo liguero, el último (hasta la fecha) para los mancunianos. Siguen siendo los máximos ganadores (13) en la historia de la Premier League. Ese día quedó grabado a fuego en la vida de los Red Devils. Sir Alex Ferguson dejaba el banquillo de Old Trafford tras 26 temporadas. El escocés dejó un total de ¡38 trofeos! en las vitrinas del mítico estadio.
En esta ‘era post-Ferguson’, el Manchester United solo ha ganado 5 títulos: 1 Community Shield, 1 UEFA Europa League, 1 FA Cup y 2 Copas de la Liga. Son trofeos de menor rango en comparación con las Champions League y Premier League que solía obtener bajo la dirección del técnico escocés.
Una vez analizada la grandeza y el contexto actual del equipo, surge la pregunta: ¿qué los sumergió en una odisea que parece interminable?
- ꜱÍɴᴛᴏᴍᴀꜱ ᴅᴇ ᴅᴇᴄᴀᴅᴇɴᴄɪᴀ
Para entender el ocaso del Manchester United, debemos remontarnos al principio del fin: la temporada 2012/13, cuando el club conquistó el título de Premier League. En esa campaña, los Red Devils sumaron 89 puntos, fruto de 28 victorias, 5 empates y 5 derrotas. Superaron al Manchester City por 11 puntos, su más cercano perseguidor.
Sin embargo, el balance no fue del todo positivo. En la UEFA Champions League, el United quedó eliminado en los octavos de final por el Real Madrid, mientras que en las copas nacionales, el Chelsea fue su verdugo. Los Blues se impusieron en los cuartos de final de la FA Cup y en la cuarta ronda de la League Cup.
El equipo ya mostraba síntomas de falta de calidad en ciertas posiciones y la necesidad de reemplazar a jugadores cuyo rendimiento comenzaba a decaer, como Rio Ferdinand, Ryan Giggs o Edwin Van der Sar. Además, figuras clave como Wayne Rooney y Robin van Persie iniciaban el declive de sus carreras. En una Premier League con bajo nivel competitivo en esas temporadas, estas señales pasaron desapercibidas, sirviendo de cortina para lo que estaba por venir.
- ꜱᴏᴍʙʀᴀ ᴀʟᴀʀɢᴀᴅᴀ, ᴘʀɪꜱᴀꜱ ʏ ꜰᴀʟᴛᴀ ᴅᴇ ɪᴅᴇɴᴛɪᴅᴀᴅ
Durante el reinado de Sir Alex Ferguson, el Manchester United tenía una identidad muy definida. Todo, desde jugadores hasta el estilo de juego, giraba alrededor de su figura. Como era de esperar, fue el propio Ferguson quien eligió a su sucesor. David Moyes parecía el perfil adecuado para seguir su legado: un entrenador escocés conocido por dirigir equipos guerreros, letales al contragolpe y autosuficientes. Sin embargo, tras esa primera experiencia fallida, el club pasó por una sucesión de entrenadores con estilos muy distintos. Desde el fútbol directo y contragolpeador de José Mourinho, pasando por la filosofía del padre de la escuela alemana, Ralf Rangnick, hasta el enfoque ‘cruyffista’ de Erik ten Hag.
Entre cambios y experimentos, muchos jugadores pasaron, en un corto periodo de tiempo, de ser piezas clave del equipo a quedar en el ostracismo. El mejor ejemplo de esto fue Cristiano Ronaldo. El portugués regresó al club tras 12 años de ausencia, un reencuentro esperado por todos.CR7 comenzó bien bajo el estilo contragolpeador de Solskjær, pero se desvaneció con la llegada de Rangnick y terminó saliendo por la puerta de atrás con Erik ten Hag. Esta falta de identidad llevó a que las grandes inversiones realizadas por los Glazer -quienes, aunque criticados por muchas razones, no pueden ser acusados de tacaños- resultaran en una devaluación del valor de mercado de muchos jugadores. Estos constantes cambios están directamente vinculados con el siguiente factor.
- ꜱɪɴ ɴᴀᴅɪᴇ ᴀʟ ᴠᴏʟᴀɴᴛᴇ… ᴛᴏᴅᴏꜱ ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀᴅᴏꜱ
La falta de identidad del club ha generado una situación en la que no existe una figura deportiva sólida sobre la que puedan cimentarse las inversiones realizadas, más allá del entrenador o la búsqueda desesperada de jugadores de talla mundial con suficiente jerarquía. Sin embargo, este enfoque termina siendo pan para hoy y hambre para mañana.
Más allá del ejemplo de Cristiano Ronaldo, basta con mirar la lista de los 12 jugadores más caros en la historia del club para entender este desajuste: Paul Pogba (€105 millones), Antony (€95 millones), Harry Maguire (€87 millones), Jadon Sancho (€85 millones), Romelu Lukaku (€84.70 millones), Ángel Di María (€75 millones), Rasmus Højlund (€75 millones), Casemiro (€70.65 millones), Bruno Fernandes (€65 millones), Mason Mount (€64.20 millones), Anthony Martial (€60 millones) y Fred (€59 millones). Todos ellos representan apuestas de alto riesgo que, en muchos casos, no han logrado ofrecer el rendimiento esperado, lo que refleja la falta de dirección estratégica coherente en el club.
A excepción de Bruno Fernandes, que ha logrado mantenerse como un activo importante y rentable para el club, la mayoría de estas inversiones han ido perdiendo valor con el tiempo. Algunos de los jugadores mencionados, como Lukaku, Casemiro o las primeras temporadas de Pogba y Maguire, dejaron momentos positivos, pero acabaron devaluándose o perdiendo relevancia en el equipo. No se incluyen en la lista Højlund y Mount, ya que es aún demasiado pronto para evaluarlos adecuadamente.
Regresando al presente, encontramos un Manchester United que, como hemos señalado, ha entregado las llaves de su barco a Erik ten Hag. Esta decisión refleja una vez más la ausencia de un referente deportivo claro. Con la llegada del técnico holandés, el club también optó por prescindir de figuras históricas como David de Gea y Cristiano Ronaldo, dos jugadores con los que aún se podía encontrar un vínculo emocional con la historia del club, pero cuya salida simboliza la necesidad de un cambio radical que no siempre ha dado los frutos esperados.
La actual plantilla del Manchester United está claramente configurada según los deseos y el conocimiento de Erik ten Hag, con jugadores como Antony, Lisandro Martínez, Tyrell Malacia y André Onana, todos reclutados bajo su visión del fútbol. Sin embargo, cuando el holandés no acierte o, en su caso, cuando decida partir, se abrirá una vez más la puerta a la incertidumbre. El club se verá obligado a buscar un nuevo entrenador y nuevas figuras que encajen con la identidad del equipo. Probablemente, muchos de los activos actuales no se ajusten a un nuevo proyecto. Esto provocará que se devalúen y pierdan utilidad. Una vez más, se repetirá el ciclo: pan para hoy y hambre para mañana.
🗓️ (21/11/2023)

Redacción Premier League
