Vemos la Champions League (Copa de Europa) cada semana y disfrutamos de los mejores partidos. Pero ¿sabemos a quién le debemos esta competición tan maravillosa? ¿Sabemos realmente quién la inspiró? Creo que esta lectura será sorprendente para más de uno porque muy pocos conocerán esta historia. La historia de un mito tan grande como poco reconocido: Stan Cullis, el “inventor” de la competición más bonita del mundo.
Muy pocos hombres han tenido tanto impacto en el mundo del fútbol como Stan Cullis y, sin embargo, han sido tan poco reconocidos. Su afirmación tan drástica de que eran “los campeones del mundo” al batir al Honvéd de Hungría, provocó la creación de la Copa de Europa, porque se hizo necesario saber realmente cuál era el mejor equipo del continente. Esto, en sí mismo, le garantiza un puesto de privilegio en la historia del fútbol.
Si bien se puede decir que la Copa de Europa fue inventada por los franceses, realmente el origen hay que atribuírselo a un inglés, Stan Cullis. En las Islas se le conoce como “The Iron Manager” o simplemente como el “Winston Churchill del fútbol”.
Hay que tener en cuenta que pocos meses antes de su victoria sobre el Honvéd, la selección húngara pasó como un ciclón sobre la selección inglesa en lo que es, hasta hoy, la mayor humillación que han sufrido los inventores del fútbol: derrota ¡7-1! en Budapest. Cabe recordar que el año anterior, Hungría había arrasado (3-6) en Wembley, rompiendo el récord que tenían los ingleses en casa. Seis de esos húngaros, incluyendo al mítico Ferenc Puskás, formaban parte del Honvéd que fue batido por el Wolves. Esta victoria fue considerada por Cullis como la más importante de su carrera.
Mr. Cullis escapó de una infancia desoladora para pasar a ser el capitán del Wolverhampton… ¡a sus 20 años de edad! Además, a los 22 se convirtió en el capitán más joven que haya tenido jamás la selección inglesa. Según Puskás era el mejor defensa central de su época.
Se alistó junto a Joe Mercer y Matt Busby, sus dos mejores amigos en el mundo del fútbol (y posteriormente dos de los mejores entrenadores en la historia de este deporte), en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial y en este período jugaría partidos en las filas del Aldershot, Fulham, Wolverhampton y Liverpool.
A pesar de ser defensor central, tenía un juego ‘muy limpio’. Tanto es así que perdió una liga en el último encuentro por no hacer una falta sobre Albert Stubbins ¿Por qué? Porque iba contra el reglamento cometer una infracción de manera deliberada. Era su última ocasión de ser campeón como jugador, de ahí que este hecho fuese aún más relevante. En su etapa de entrenador se resarciría con creces.
¿Alguien se imagina a algún jugador actual perder un título por no hacer una falta, aunque sea de forma deliberada?
Como entrenador no se llevó las loas de los periodistas a pesar de sus triunfos y de convertir al Wolverhampton en el mejor equipo del mundo. Bien es cierto que esto no es algo que solo le sucediese a él. Ejemplos de periodistas criticando a entrenadores a pesar de ganar título tras título los tenemos hoy día por decenas.
Su estilo basado en el balón largo no gustaba. De hecho, para evitar las críticas, él lo bautizó como “scientific kick and rush”, porque siempre decía que era un estilo con el objetivo claro de buscar el espacio a la espalda del defensa, lo que supone una precisión extraordinaria, casi científica.
Su lema siempre fue: “there’s no substitute for hard work”. Sacó lo mejor de sus jugadores haciendo incluso cosas que hoy parecerían increíbles. Una de las mayores anécdotas sucedió cuando una vez acabado un partido envió a uno de sus jugadores otra vez al campo de juego, ya con las luces apagadas y con nadie en el estadio, para decirle: “ahora muéstrame dónde está ese agujero donde te has estado escondiendo toda la tarde”.
Fue pionero en métodos de entrenamiento e incluso viajó al otro lado del “telón de acero” para ver las sesiones de los equipos del Este. Algo impensable en su época. Con él de entrenador se vivió la época dorada del Wolves y entre 1949 y 1960, el club ganó tres ligas y dos FA Cup. Su último título databa de 1908, precisamente una FA Cup. En 1949 se convertiría en el entrenador más joven en ganar esta competición en Wembley, con tan solo 31 años.
Su Wolverhampton presenta números a la altura de los mejores equipos ingleses de la historia, pero en esta época solo se recuerda al Manchester United. En la temporada 1958/59 llegaron a marcar hasta ¡¡¡110 goles!!! Lo que no está mal para basar su juego, según decían muchos periodistas de la época, en “única y exclusivamente pelotazo largo”. Claro que, por ejemplo, Mourinho en el Real Madrid marcó incluso más goles y también era defensivo… curioso ¿no?
El fallecimiento de Joe Baker, por entonces presidente del Wolves, marcó el principio del final de Cullis en el equipo. Le despidieron. El público no lo aceptó. Los aficionados dejaron de acudir al campo y enviaron miles de cartas al club reprobando el despido de su manager. Al año siguiente, el Wolverhampton acabaría con sus huesos en la segunda división. Nada más ser despedido, la primera oferta que recibió fue de la Juventus. Él rechazó esa oferta, lo que muy pocos pueden decir que hayan hecho.
Stan Cullis no está ya entre nosotros, de hecho durante sus últimos años de vida no recordó ninguno de sus éxitos con el equipo de sus amores. Desgraciadamente la demencia se llevó unos recuerdos de los que muy pocos pueden presumir. Incluso, padeció grandes problemas económicos. El Wolverhampton le ayudó a superar estos inconvenientes recaudando dinero para su familia.
Una de las tribunas del estadio Molineux recibe el nombre de “The Stan Cullis Stand” y en el año 2003 entró en el Salón de la Fama del fútbol inglés. Aun así el reconocimiento le llegó tarde a este genio del fútbol. Por mucho menos se encumbra a otros hoy en día. No olvidemos que cada partido de Champions League que vemos y disfrutamos se lo debemos fundamentalmente a este gran hombre.
✍️ Raúl Sánchez
👨💻 Juani Guillem
🗓️ (04/11/2015)