Otro partido más de Inglaterra. Otro paso más hacia una Eurocopa en la que, si todo va normal, no parece que sean protagonistas. Al menos no protagonistas en lo positivo. Desde hace años los aficionados ingleses tienen un enorme complejo de inferioridad en cuanto a fútbol se refiere y en cuanto a su selección toca.
Sueñan con acabar con “cincuenta años de dolor”, que es así como ellos llaman al tiempo que llevan sin ganar nada, pero a la vez siempre se ponen la venda antes de la herida anticipando una derrota como ha pasado siempre desde el año 1966.
Y es que Inglaterra es una vieja nación que en muchos aspectos quiere seguir siendo vieja, de ahí que siempre se mire al pasado. Por eso continuamente están buscando al nuevo Bobby Moore, al nuevo Bobby Charlton, etc… En Inglaterra el pasado parece más real que el presente y son muchos los analistas, no solo deportivos, sino también sociológicos, que dicen que hasta que esto no cambie no se ganará nada.
Sin embargo, esa devoción por el pasado me encanta. Creo sinceramente que eso hace de Inglaterra un país tan especial y a la vez tan respetado. En los países latinos ocurre todo lo contrario, incluso, en cierta medida nos arrepentimos de nuestra historia.
Hay un ejemplo muy claro: por la camiseta del héroe de la final del 66′, Geoff Hurst, se llegaron a pagar £91.750, mientras que por la de la leyenda italiana Alessandro Altobelli, primer reserva en marcar en una final de un Mundial, solo se pagaron £5.500. Dos camisetas. Dos héroes. Dos precios. Una diferencia significativa.
Otro ejemplo, quizá más curioso, es el del pub Drayton Arms, local antiquísimo muy cercano al antiguo Highbury, donde si eres forastero y no te conocen, el propietario solo te deja entrar si le demuestras que eres un genuino seguidor del Arsenal. ¿Cómo se demuestra eso? Pues recitando de memoria la alineación de los Gunners que ganaron la FA Cup de 1971. Existe auténtica devoción por ese equipo campeón de Copa… ¡casi cuarenta años después!
El fichaje de Capello fue visto por muchos medios como la conexión entre el pasado y el presente a través del cual llegarían los éxitos. La mentalidad inglesa, la del pasado como elemento fundamental, con la mentalidad latina, la del presente como único factor importante, podría ser la clave para curar ese “dolor” del que hablaba antes.
Sin embargo, se vio que esa combinación no resultaría. ¿Podría ser entonces Roy Hodgson? De momento no se puede contar como un éxito su paso por la selección, pero todo hace indicar que tendrá una Eurocopa por delante para intentar curar esos “cincuenta años de dolor”. Eso sí, muy pocos en las Islas piensan que Hodgson tenga el antídoto para semejante enfermedad.
A pesar de todo, pase lo que pase, el gran triunfo de Inglaterra, títulos aparte, siempre será precisamente la razón esgrimida por muchos para no haber ganado nada: su devoción por el pasado y por sus héroes.
✍️ Raúl Sánchez
👨💻 Juani Guillem
🗓️ (05/09/2015)