Llamado a ser un jugador diferencial para el Newcastle, la carrera de Nile Ranger se vio empañada por su vida delictiva. Una estrella adolescente fugaz, con más historial policial que currículum futbolístico. Hoy, a sus 25 años, nadie espera nada de él.
El 31 de agosto de 2009, Nile Ranger jugaba su primer partido como titular con el Newcastle United. En los 84 minutos que disputó, brindó una asistencia a Danny Guthrie para anotar el único gol del encuentro, lo que le valió el premio de ‘Man of the Match’. Su destacada actuación ayudó al Newcastle a ascender a la cima de la clasificación en Championship, con la mirada puesta en su regreso a la Premier League. Había nacido una estrella.
En ese momento, Nile Ranger era prácticamente un desconocido. Su nombre aún no se asociaba al chico problemático que, fuera de las canchas, ya estaba marcado por varios delitos.
Pero ese partido marcó un antes y un después en la vida de Nile. Tal vez fue esa, su primera titularidad (y apenas su cuarto partido como profesional), la oportunidad en la que su vida parecía encaminarse y alcanzaba su mejor versión como futbolista.
Con apenas 15 años, Nile Ranger, o ‘Power Ranger’, como él mismo se hace llamar, se unió a las filas del Southampton tras superar una exhaustiva prueba. El club ya había decidido ficharlo, pero justo antes de firmar el contrato, Ranger cometió un grave error: fue atrapado en un atraco a mano armada y sentenciado a tres meses en una cárcel para menores. A su salida, el Southampton rompió cualquier vínculo con el joven delantero, y el Newcastle, en ese momento, se cruzó en su camino.
En su primera temporada con el Newcastle, Nile Ranger brilló con el equipo reserva, dejando entrever su potencial y haciendo soñar a la afición con ser un gran complemento para otro prometedor delantero de la cantera, Andy Carroll.
Mientras tanto, el primer equipo del Newcastle, con jugadores como Obafemi Martins, Mark Viduka y Michael Owen, no cumplió con las expectativas y terminó descendiendo al Championship al final de la temporada. Ese descenso fue un respiro para algunos jóvenes, que aprovecharon la salida de las estrellas y el nivel más accesible de la segunda categoría para dar un paso adelante. Fue el caso de Andy Carroll, pero también de Nile Ranger. Ante la plaga de bajas en la delantera, el entrenador Chris Hughton decidió darle la oportunidad.
Nile Ranger no era un jugador cualquiera. No era solo una solución de emergencia por la falta de efectivos en el primer equipo; era el joven que asombraba en la Liga de Reservas. El chico que, tres meses antes, había llevado a Inglaterra U19 a la final de la Eurocopa, donde perdieron ante Ucrania, formando parte de un equipo que contaba con talentos como Drinkwater o Townsend, y compartiendo delantera con Danny Welbeck, a pesar de tener un año y medio menos que sus compañeros.
Ranger jugó mucho y bien esa temporada. Aunque muchas veces entró desde el banquillo, fue ganando protagonismo y experiencia en un equipo que necesitaba ascender. Contaba con delanteros de renombre como Carroll, Peter Løvenkrands, Leon Best, Shola Ameobi y un Kevin Nolan que jugaba más adelantado. Al final de la temporada, el joven delantero había disputado 900 minutos en 30 partidos, sumando dos goles y dos asistencias.
Sin embargo, el final de la temporada no fue tan brillante para él. Pasó más tiempo en la grada que en el campo, ya que Chris Hughton, quien le había dado la oportunidad, ya había notado su comportamiento problemático. Varias faltas de respeto en los entrenamientos y actitudes poco profesionales hicieron que el entrenador empezara a dudar de su compromiso.
El castigo para Nile Ranger continuó al inicio de la temporada 2010/11, ya con el Newcastle en la Premier League y realizando una buena campaña. Sin embargo, la suerte le sonrió cuando Mike Ashley, de manera inexplicable, decidió despedir al entrenador y nombró a Alan Pardew como su reemplazo. Con el cambio de técnico, Ranger recuperó protagonismo, aunque su rol seguía siendo el mismo: pocos minutos en muchos partidos.
Al final de la temporada, Ranger sumó 27 partidos, con un gol y tres asistencias (900 minutos). También jugó cuatro encuentros con el equipo reserva, donde anotó seis goles y dio una asistencia. La conclusión era clara: la Liga de Reservas ya se le quedaba pequeña. Con la venta de Andy Carroll al Liverpool, Ranger parecía destinado a convertirse en el nuevo canterano estrella del Newcastle. De hecho, tras haber jugado con el número 30, se esperaba que heredara la camiseta número 9, un número histórico que había sido llevado por leyendas como Jackie Milburn y Alan Shearer.
Pero justo cuando tenía todo para brillar, su oscuro pasado volvió a aparecer. Con apenas 20 años, la sombra de sus errores previos volvió a acechar su carrera.
Dicen que una persona acaba siendo como su entorno, como el círculo de confianza que la rodea. La familia, los amigos, y la comunidad en la que se cría, marcan el destino. En el caso de Nile Ranger, su infancia nunca fue fácil, y su círculo más cercano no ayudaba precisamente a encaminar su vida. Él se sumó a esa espiral.
Una semana después de terminar la liga, Nile Ranger se dejó llevar por su impulso. Se fotografió con una pistola en actitud amenazante y publicó la imagen en sus redes sociales. Las alarmas se encendieron rápidamente. Pero lo peor estaba por llegar: en el mismo verano, el jugador fue detenido tras una pelea callejera en la que un hombre quedó inconsciente. Aunque en el juicio posterior fue declarado inocente, su imagen ya estaba dañada.
El Newcastle, preocupado por su comportamiento, le abrió un expediente disciplinario y decidió bajar al segundo equipo durante tres meses. En octubre, después de cumplir su castigo, volvió a entrenar con el primer equipo y se preparaba para volver a la convocatoria. Sin embargo, pocos días después de su “indulto”, volvió a encontrarse con problemas legales. Su carrera, que ya de por sí estaba marcada por altibajos, comenzaba a tambalear irremediablemente.
Fue arrestado nuevamente, esta vez por desorden público en plena calle, con claros síntomas de ebriedad. En el noreste de Inglaterra ya no sabían qué hacer con Nile Ranger, cuyo comportamiento parecía volverse cada vez más irreparable en apenas medio año. Por eso, sin haber jugado un solo minuto con el primer equipo del Newcastle esa temporada, el club decidió cederle al Barnsley por un mes. Sin embargo, una lesión le impidió completar su préstamo. Al regresar a Newcastle, las urracas volvieron a cederle, esta vez al Sheffield Wednesday de League One.
Al finalizar esa temporada, Ranger no cambió de actitud. La FA le sancionó por comentarios homófobos en su Twitter, y poco después, la policía volvió a arrestarle en su domicilio. Los vecinos, alarmados por los ruidos y el caos, llamaron a las autoridades, quienes encontraron la puerta de su casa completamente destrozada. Aunque Ranger fue acusado de daños públicos, el juez le declaró inocente de los cargos. El jugador alegó que había actuado de esa forma porque pensó que su novia estaba siendo secuestrada.
La temporada 2012/13 iba a ser la última de Nile Ranger con el Newcastle, pese a que su contrato estaba vigente hasta 2016. Apenas comenzada la campaña, tres meses después del incidente con la puerta, Ranger volvió a pasar por comisaría, esta vez bajo sospecha de violación. Aunque el tribunal lo acusó y solicitó una pena de prisión, la falta de pruebas suficientes llevó a su declaración de inocencia en 2014. La cesión al Hull City, que ya se estaba negociando, se detuvo cuando se hizo pública la acusación, y la nueva detención fue el punto final para su relación con el Newcastle, que decidió rescindir su contrato.
Su historial delictivo no terminó ahí. En marzo de 2013, fue detenido por un robo menor en la calle. Antes de dejar el club del noreste de Inglaterra, también protagonizó un escándalo en redes sociales, insultando a sus propios aficionados. A pesar de todos estos incidentes, Ranger continuó su carrera en el Swindon Town de League One, donde, al menos en el aspecto futbolístico, logró su mejor rendimiento. Marcó 10 goles en poco más de 20 partidos, mostrando destellos de la calidad que alguna vez le hizo soñar con un gran futuro.
La actitud de Nile Ranger, que parecía encaminarse a una posible recuperación, duró poco tiempo. En marzo de 2014, fue detenido por un altercado con un taxista, tras dañar severamente el vehículo. Como resultado, tuvo que pagar una multa de 1000 libras. Apenas un mes después, en abril de 2014, volvió a ser arrestado, esta vez por provocar daños en su vivienda durante una nueva pelea doméstica. Un vídeo más tarde mostró cómo golpeaba a su pareja hasta tres veces en la cara, lo que generó una gran indignación.
El mes de mayo de 2014 no fue menos problemático. La policía lo detuvo nuevamente, esta vez después de encontrarlo durmiendo en su coche en medio de la autopista, lo que reflejaba la grave falta de control en su vida personal y profesional.
Después de su destacada actuación en League One, el Blackpool, equipo de Championship, le brindó la oportunidad de jugar en una categoría superior. Ranger comenzó la temporada con un rendimiento positivo, pero a punto de llegar la Navidad, pidió permiso para regresar a su Londres natal debido a problemas familiares. Lo que parecía ser un breve paréntesis terminó siendo un misterio: no volvió a presentarse y su paradero se desconoció durante semanas, justo cuando el Blackpool empezaba a perder la categoría.
Tras medio año sin saber de él, Ranger emergió semanas antes del final de la temporada para disculparse públicamente. Explicó que la tragedia de la muerte de dos amigos de la infancia a cuchilladas lo había dejado devastado, lo que lo llevó a desconectarse de todo. Prometió regresar al club para la pretemporada, y el Blackpool, después de escuchar sus disculpas, decidió darle una nueva oportunidad.
No obstante, la situación volvió a dar un giro inesperado cuando, durante ese período, Ranger se vio envuelto en una nueva polémica: su coche apareció completamente calcinado frente a su casa, un incidente que nunca se esclareció. A pesar de haber regresado a Blackpool a finales de julio, después de que el equipo ya hubiese jugado algunos amistosos de preparación, el club decidió no renovar su contrato. El 2 de febrero, tras una evaluación profunda de la situación, el Blackpool optó por darle la libertad y rescindir su vínculo con el jugador.
Ese verano, Nile Ranger se abrió en canal. La muerte de sus dos mejores amigos, asegura, “le cambió la vida”. Fueron meses de introspección, de pensar, de preguntarse hacia dónde iba. “Un día me levanté y pensé: ¿qué estoy haciendo? Me miré al espejo, vi la barriga, vi cómo ni siquiera podía seguir el ritmo de mis amigos jugando en la calle y supe que había cambiado. Que había crecido”, reflexiona.
Admite que su gran sueño siempre fue jugar en el Arsenal, y aunque a sus 25 años es consciente de que es muy difícil, insiste en que no es imposible. “Tuve un sueño. Marcaba para Inglaterra, marcaba para el Arsenal, que es mi equipo de infancia. Me volví a dormir y soñé que tenía un tatuaje de mi nombre en la cara”, cuenta. Como cumplir el primer sueño no era sencillo, decidió hacer realidad el segundo: se tatuó su apellido en el perfil de su rostro. Uno más entre los más de 50 tatuajes que adornan su cuerpo.
Se ve reflejado en historias como las de Jamie Vardy o Andre Gray, delanteros que florecieron tarde y que también arrastraban un historial delictivo complicado. Y quiere seguir su ejemplo.
“La muerte de mis amigos me enseñó que la vida es corta”, sentencia. “Hubo personas como Michael Owen o Alan Shearer que perdieron mucho tiempo intentando que me centrara, pero la verdad es que me entraba por un oído y me salía por el otro. Ahora creo que eso ha cambiado”.
Ahora, Nile Ranger se ha convertido en el delantero estrella del Southend United, equipo de League One. A pocas jornadas del final de la temporada, el club está en plena lucha por meterse en el playoff de ascenso a Championship, con Ranger aportando siete goles en 20 partidos. Su vida, aunque él insiste en que ha cambiado y madurado, sigue escribiendo capítulos bochornosos en tinta oscura.
En enero, el Southend lo suspendió durante un mes tras dar positivo por cocaína en un control interno realizado por el cuerpo médico del club. Y en febrero, Ranger volvió a verse en los tribunales. Se declaró culpable de fraude tras haber desviado más de 2.000 libras de la cuenta bancaria de una mujer, utilizando sus datos para transferir el dinero a un tercero.
A pesar de estos escándalos, en el terreno de juego parece que Phil Brown, técnico del Southend, ha logrado sacar la mejor versión futbolística de Ranger. El delantero suma cuatro goles en las últimas cinco jornadas y está siendo clave en el sueño de ascenso de su equipo a la segunda categoría del fútbol inglés.
Nile ‘Power’ Ranger nunca jugará en el Arsenal. O sí, porque en esto del fútbol, nunca se sabe. Lo que está claro es que es un jugador con unas condiciones naturales tremendas, pero también con la fragilidad de quien eligió desde temprano el camino equivocado en la vida. Por eso, a sus 25 años, apenas suma 24 goles como profesional, apenas unos pocos más que las veces que ha sido detenido por las autoridades.
Porque si alguna vez existe una remota posibilidad de que Nile Ranger juegue como local en el Emirates Stadium, es igualmente probable que el mal, ese que tantas veces se le ha cruzado, vuelva a aparecer justo a las puertas de su sueño, como una sombra imposible de espantar.
🗓️ (04/04/2017)

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