Una carrera fugaz para alguien que nunca sintió merecedor del lugar que ocupaba. Denílson brilló en el Arsenal hasta que su cuerpo dijo basta y su mente se consumió entre el “quiero y no puedo” de quien pasó de no tener nada a tenerlo todo, para luego perderse y no saber cuál era su verdadero sitio.
Cuando Denílson Pereira (Brasil, 1988) cumplió 10 años, vio cómo la persona que más amaba en el mundo, y que había dado su vida por salvar la de sus hijos, se iba. Crecido en la extrema pobreza, pasando días sin comida, el niño Denílson tuvo que abandonar el fútbol callejero, que le permitía escapar de la miseria, para ponerse a trabajar junto a su padre José y sus hermanos.
Fue idea de José, que necesitaba manos en su trabajo para ganar algo de dinero y malvivir, además de alejar a sus hijos de un barrio peligroso, lleno de drogas, armas y delincuencia, donde los niños ni siquiera llegaban a la adolescencia. Hoy, la mayoría de los amigos de la infancia de Denílson están muertos, víctimas del narcotráfico.
Pero la pasión por el fútbol en Brasil es desmedida. Es inevitable que aquellos con talento innato, como Denílson, terminen deslumbrando al público, aunque él lo hiciera descalzo y en terrenos nada agradables.
Ingresó en la academia del São Paulo y, a los 15 años, comenzó a jugar en la selección de su categoría, que capitaneaba. Su evolución no tenía límites. También fue capitán de la U17, con la que ganó el Sudamericano de 2005 y el subcampeonato del Mundial en el mismo año. Un torneo que ganó México con Carlos Vela y Gio Dos Santos, mientras que Brasil presentó una nómina sin grandes talentos, con Marcelo, Sidnei y Anderson como únicos destacados.
Esos torneos le impidieron jugar todo lo que le habría gustado con el primer equipo del São Paulo, con el que ganó la Copa Libertadores y el Mundialito en 2005, justo antes de firmar con el Arsenal. A los 18 años, Arsène Wenger lo llevó a la Premier League.
Su llegada a Inglaterra estuvo seguida por dos años de adaptación y crecimiento. Jugó más de 40 partidos con el primer equipo hasta que, en su tercera temporada como Gunner, con 20 años, estuvo listo para liderar el equipo del Emirates. Fue el jugador que más partidos disputó (51) en la campaña 2008/09. Formó parte de un centro del campo muy completo junto a Cesc Fàbregas, Alex Song y Samir Nasri.
Denílson poseía una gran habilidad para sacar el balón desde atrás y retenerlo en situaciones complicadas. Su capacidad de sacrificio y su físico robusto lo hacían también efectivo en las tareas defensivas de recuperación. La combinación de sus habilidades lo convirtió en una pieza esencial para el sistema de Wenger, y así seguiría siendo durante las siguientes dos temporadas. Había encontrado un stopper habilidoso con el balón, una joya para su sistema de posesión, a menudo criticado por su falta de contundencia.
Sin embargo, las lesiones, su peor enemigo, comenzaron a hacer mella. Sufrió tres desgarros musculares graves y una rotura de tobillo en la misma temporada. La irrupción de Jack Wilshere y la recuperación de Tomáš Rosický de sus problemas físicos pusieron en peligro su titularidad. Después de cinco años como Gunner, dos de ellos como pieza clave, la nostalgia de regresar a casa lo invadió. La necesidad de estar cerca de los suyos lo consumió. Lejos de fichar por un equipo de primer nivel europeo, le pidió a Wenger que lo dejara regresar a São Paulo.
El São Paulo no pudo hacer frente a un traspaso y se quedó con Denílson hasta que logró su libertad. Pasó cinco años más en el equipo de su infancia. En 2015, dio un giro en su carrera y se trasladó al fútbol de los Emiratos Árabes. Allí, jugó una temporada y ganó la Liga con el Al-Wahda. Después regresó a Brasil para jugar cedido en el Cruzeiro, pero a los pocos meses, el equipo brasileño prescindió de sus servicios.
Denílson Pereira nunca jugó con la selección absoluta de Brasil. Su salida temprana de su país natal le impidió seguir progresando en las categorías inferiores de la canarinha, que normalmente se nutrían de jugadores de equipos brasileños. Además, al no haber integrado ni la U19, U20 ni U21, no pudo dar el salto a la selección mayor, a pesar de que su juego en el Arsenal estaba a la altura de la calidad de la verdeamarela.
Tras su salida del Arsenal, Denílson nunca recuperó el nivel con el que brilló a los 20-21 años en Londres.
(09/01/2018)
