LA MEJOR FINAL DE LA HISTORIA

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El 29 de mayo se cumplirán 27 años de uno de los finales más dramáticos en la historia del fútbol inglés, y, por qué no decirlo, de este deporte en general. ¡Cómo han cambiado las cosas! El 26 de mayo de 1989, en Anfield, Liverpool y Arsenal se jugaban el título en el último partido de la liga, una auténtica final. El Arsenal necesitaba ganar por dos goles de diferencia para coronarse campeón.

Al Liverpool le bastaba un empate en casa o una derrota por la mínima, pero el resultado fue de 2-0 para los Gunners. El héroe de aquella noche fue Michael Thomas, quien marcó en el último disparo del último momento del último partido de la temporada.

Este encuentro es considerado una de las mayores sorpresas en la historia de la liga y una afrenta que los aficionados del Liverpool no han olvidado jamás. Para los seguidores del Arsenal, ese gol representó el milagro más increíble que habían visto en sus vidas, además de poner fin a una sequía de casi dos décadas sin títulos de liga.

Ese partido se jugó poco tiempo después de la catástrofe de Hillsborough, y Kenny Dalglish, entonces entrenador de los Reds, quería dedicar la victoria a los fallecidos. Sin embargo, no pudo cumplir su deseo. George Graham, entrenador del Arsenal, diseccionó el partido a la perfección. Les dijo a sus jugadores que, si la primera parte acababa en empate a cero, marcarían pronto en la segunda mitad y se lo jugarían todo en los últimos minutos. Y eso fue exactamente lo que ocurrió. Graham lo cuenta en su biografía “George Graham, the Glory and the Grief”, un libro altamente recomendable para los aficionados del Arsenal.

Nick Hornby entendió el poder de aquel momento y escribió un libro que más tarde se llevaría a la gran pantalla: “Fever Pitch”. Para los grandes aficionados al fútbol, tanto el libro como la película se han convertido en auténticos artículos de culto.

Se decía que el Arsenal de esa época era uno de los equipos más feos de ver para el espectador, aunque siempre he discrepado. Al final, para gustos, los colores.

En esa época, a pesar de no ganar la Liga en 18 años, el Arsenal y el Liverpool eran las dos grandes fuerzas del campeonato, los favoritos al título, los equipos en los que todos querían jugar. Hoy en día, ambos equipos aspiran a quedar entre los cuatro primeros, y el Liverpool, sin duda, lo firmaría ya mismo.

En 1989, el Manchester United estaba lejos de conquistar su primera liga con Alex Ferguson, y el Chelsea prácticamente no existía para la crítica. Ni hablar del Manchester City. En apenas veinte años, la tortilla se ha dado la vuelta, no solo en la Premier League, sino también en Europa. Y veremos si no hay una vuelta de tuerca aún más increíble después de esta temporada, con Leicester City y Tottenham en lo más alto.

Si bien el Arsenal ha ganado menos títulos de los que se esperaba, es cierto que ha logrado ganarse a la crítica. El Liverpool, por su parte, sigue buscando su identidad, recuperando el prestigio perdido y, sobre todo, buscando esa liga que se le escapa año tras año.

Muchos creen que la final de la Champions ganada al Milan ha sido lo peor que le ha pasado al Liverpool, pues impidió un cambio necesario en su filosofía. Otros, sin embargo, sostienen que fue su salvación y su retorno a la élite. Yo, personalmente, siempre he dicho que ganar una Copa de Europa no tiene nada de malo, y lo de las “filosofías” me parece una de las grandes tonterías de estos últimos años, pero esa es solo mi opinión. Lo cierto es que el Liverpool no es una alternativa real en la Premier League, y eso va en contra de su propia historia. Y lo dice un aficionado Red de toda la vida.

El Arsenal, por su parte, ha cambiado su política desde la llegada de Wenger. De un juego más práctico y táctico se ha pasado a uno más basado en el toque. Aunque lleva años sin ganar nada, su modelo es objeto de estudio, y muchos entrenadores intentan replicarlo en sus equipos. Eso podría considerarse un triunfo, a pesar de que no se traduzca en más trofeos en sus vitrinas. Al menos eso es lo que dicen los aficionados Gunners. Yo, desde luego, prefiero vitrinas llenas de trofeos…

Por el bien del fútbol, esperemos que Liverpool y Arsenal vuelvan a ser alternativas reales para el título y que, además, nos ofrezcan un espectáculo como el de 1989. Sería un regreso glorioso para ambos, y sería un lujo para todos los aficionados al fútbol.

No sé si este año tendremos un final digno de una segunda parte de Fever Pitch. Lo que sí parece claro es que la Premier League se está convirtiendo en una competición cada vez más abierta, más equitativa, donde las oportunidades están más repartidas y el abanico de posibles campeones se expande. Una victoria del Leicester, por ejemplo, sería material para escribir un libro, realizar un documental o grabar una película. De hecho, la película sobre Jamie Vardy ya está en marcha, y según los rumores, Vinnie Jones interpretaría a Nigel Pearson… ¿alguien da más?

✍️ Raúl Sánchez

💻 Juani Guillem

🗓️ (17/04/2016)

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