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Harry Kane puso el balón en el punto de penalti por segunda vez en el partido, cogió carrerilla y, dubitativo, mandó el balón por encima del larguero de la portería de Lloris. Con ese fallo del capitán se disipaban las esperanzas de Inglaterra. Los Three Lions se despidieron de Qatar 2022, en Cuartos de Final, ante el vigente campeón del Mundo. 

Más allá del buen desempeño ante Francia, Gareth Southgate sale algo tocado de la cita de Qatar. El entrenador no pudo sacar el máximo rendimiento de una selección que ha ilusionado muchísimo y que al final ha vuelto a quedarse a las puertas y no ha terminado de rematar.

Con el grueso del equipo que llegó a semifinales hace cuatro años (repiten 12 jugadores) y la sangre nueva de futbolistas como Foden, Rice o Bellingham, llamados a liderar el cambio generacional, este Mundial parecía la mejor opción para que los ingleses pudieran devolver la copa del mundo allí donde se originó el fútbol. Quizás en Qatar hemos visto ese punto de madurez justo antes del declive de jugadores como Kane, Shaw, Walker, Trippier, Stones o Pickford (todos ellos llegarán a 2026 con más de 30 años y quizás, alguno ya haya colgado las botas), junto la desfachatez y el desparpajo de esos jóvenes antes citados con hambre de comerse el mundo.

Inglaterra comenzó el Mundial con un rival que no era un buen termómetro. Los de Southgate, quien deberá dar muchas explicaciones sobre por qué tardó tanto en alinear a un Foden que ha resultado ser determinante y diferencial, golearon (6-2) a Irán, cuyos futbolistas estaban pensando en todo menos en fútbol.

El segundo envite, ante Estados Unidos, fue más complejo y puso a la selección con los pies en la tierra. De hecho, Inglaterra no tuvo el dominio y acabó a merced de un equipo que teóricamente era bastante inferior y que terminó teniendo las ocasiones más claras (no demasiado para ninguno) y llevando la iniciativa de un duelo que acabó sin goles, pero que sirvió para que Inglaterra pusiera pie y medio en las eliminatorias.

Ante Gales, en el último duelo del grupo, Inglaterra desplegó su mejor fútbol. Un 3-0 contundente que se explica, en gran parte, por la inclusión de Foden en el equipo titular, por primera vez en el certamen.

A Harry Kane le estaba costando ver puerta, pero eso no importaba porque era el engranaje que permitía que todo lo demás funcionara. Además, con el correr de los partidos llegó Walker, lesionado para los primeros duelos. Bellingham y Rice funcionaban en la medular. Pickford volvía a estar a un gran nivel. Maguire y Stones formaban un eje sólido, mientras que Saka y Mount ponían la defensa rival patas arriba con sus combinaciones con Kane. Solo desentonaba Sterling, quien tuvo que abandonar la concentración y volver a casa porque unos maleantes habían entrado a robar con su familia dentro. Para más noticias positivas, Marcus Rashford también iba pidiendo paso aprovechando cada uno de los minutos que se le estaban dando y el del United ha terminado el torneo como máximo goleador inglés junto a Saka, con tres dianas cada uno.

Y claro, empezó a aparecer Foden. El del City llegó a tiempo, igual que Henderson, para vencer y convencer a Senegal (3-0) en la primera de las eliminatorias. Los de Southgate componían un grupo sólido, que solo había encajado dos goles en el torneo (en dos despistes contra Irán) y que tenía facilidad para encontrar el talento de sus delanteros.

Pero para ganar un Mundial hay que derrotar a los mejores. En la foto final del duelo con Francia queda el penal malogrado por Harry Kane, pero antes sucedieron muchas más cosas.

Francia salió en tromba y se adelantó en el marcador tras un disparo lejano de Tchouaméni. Después de ese gol los de Southgate se despertaron, cogieron el timón del partido y no lo soltaron. Inglaterra igualó cuando Kane, ahora sí, metió gol desde el punto de penalti.

Y con 1-1, Inglaterra siguió creciendo. Francia desapareció, pero los ingleses no encontraron los caminos para darle la vuelta. Cuando parecía que el equipo británico estaba cerca de conseguir el gol de la victoria, quiso Griezmann ponerle un balón delicioso a Giroud que el ex Arsenal y Chelsea no desaprovechó.

El 2-1, casi al final, fue un mazazo, pero nada comparado con el que supuso que Harry Kane, desde el punto de penalti, no pudiera doblegar por segunda vez a su compañero Lloris y mandara el sueño inglés a las nubes.

El ciclo de Southgate ahora queda en entredicho. Ahí están sus números: finalista de la Eurocopa pasada y semifinalista del Mundial hace cuatro años. Los resultados le avalan. Inglaterra está mejor que nunca y este tropiezo, ante la Francia de Griezmann, Mbappé y compañía, podía entrar dentro de lo previsible aunque la mala fortuna haya querido que esta final anticipada se haya jugado en cuartos.

Pero es innegable que, con el talento de esta plantilla, los cantos de sirena y la presión pública recordarán que por muchas buenas actuaciones que estén haciendo, esta generación aún no ha ganado nada. El propio seleccionador es consciente y el sábado quiso dejar la puerta abierta y el debate en el aire: “Un torneo así desgasta mucho y ahora tengo que tomarme un tiempo para reflexionar”, dijo. Quién sabe si son tiempos de cambios.

✍️ Diego García Argota

🗓️ (12/12/2022)

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