Este fin de semana se ha celebrado la final de la Scottish Challenge Cup (IRN-BRU Cup por motivos de patrocinio). Este es uno de los torneos más peculiares de todo Reino Unido ya que congrega a los equipos de Segunda, Tercera y Cuarta División escocesa, los filiales de la Primera, el ganador de la Highland y Lowland League, y los campeones de la liga galesa, irlandesa y norirlandesa.
Inverness y Dumbarton fueron los dos equipos que lograron alcanzar la final tras derrotar al Crusaders norirlandés y al The New Saints galés, respectivamente. De este modo, se presentaba una final de lo más igualada sobre el papel entre dos equipos de la misma división y que comparten la misma aspiración en liga: la permanencia. Actualmente ocupan los puestos antepenúltimo y penúltimo de la tabla, separados tan solo por 4 puntos.
Como decimos, sobre el papel, la final se antojaba igualada, pero fue un partido unidireccional durante los 90 minutos. El despliegue del Inverness superó las expectativas del planteamiento de Steven Aitken. El Dumbarton ensayó un cerrojazo defensivo bastante efectivo para frustración de los norteños. Destacar la increíble actuación de Scott Gallacher bajo palos, que mantuvo el empate en el marcador con paradas antológicas.
La recta final del encuentro fue trepidante. A falta de 10 minutos para la conclusión y con los Sons sin tirar a puerta todavía, el Inverness dispuso de un penalti bastante riguroso, pero Iain Vigurs se volvería a encontrar con el meta del Dumbarton. Con resultado gafas y la prórroga a la vuelta de la esquina, el jugador de 16 años, Daniel MacKay, le puso un balón en bandeja a Carl Tremarco para decantar la final en el último minuto del descuento.
Con este triunfo, el Caley logra su segunda Challenge Cup, curiosamente en el mismo escenario que en 2004, McDiarmid Park, y curiosamente con el mismo entrenador en el banquillo, John Robertson.
Igualmente, no se puede pasar por alto que este equipo hace dos temporadas estaba jugando en Europa League al conseguir ganar la Copa de Escocia. La campaña pasada la gestión deportiva fue desastrosa y acabaron descendiendo a Segunda División. El objetivo de este año era construir un equipo decente para intentar llegar a la élite del fútbol escocés.
Como se puede comprobar, el ascenso deberá esperar ya que de momento toca asegurar la permanencia en la Championship. A pesar de no haber tenido la temporada esperada, los aficionados Highlanders ya tienen una buena excusa para brindar por un título que, a pesar de no tener una elevada repercusión, significa un soplo de aire fresco para la afición y el equipo de cara al tramo final de la temporada.
🗓️ (26/03/2018)