Tenía 20 años y apenas era un revulsivo en el Arsenal, recién llegado de una cesión. Solo había disputado tres partidos con el primer equipo gunner cuando Jermaine Pennant decidió, la víspera de un encuentro, salir de fiesta a una gala de la revista FHM. La celebración se alargó hasta las siete de la mañana y el extremo inglés estaba citado a las diez en la ciudad deportiva. Nada más llegar, Arsène Wenger leyó la convocatoria: era titular.
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