Qué bonito es ver a alguien llegar a una edad considerable y, aún así, correr sin arrastrarse por un campo de fútbol. Hay casos -pocos-, pero muy excepcionales, de futbolistas que, a pesar de llegar a los 40 años, han seguido desempeñando sus funciones dentro de una cancha sin que esto supusiese la caída de un mito (a veces). Y tiene mérito, no nos vayamos a poner exquisitos ahora.
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