DANIEL LEVY: ¿HÉROE O VILLANO?

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En esta temporada, la figura de Daniel Levy -empresario y rostro visible del grupo ENIC, propietario del Tottenham Hotspur- volvió a estar en el centro de la escena para los aficionados del fútbol inglés. Sin ir más lejos, el pasado domingo 6 de abril, cientos de hinchas se manifestaron para expresar su malestar con la dirigencia y exigir la salida del propio Levy.

“Es hora de un cambio”, se leía en algunas banderas, mientras que varias bufandas dejaban un mensaje contundente: “¡Basta ya, ENIC fuera!” Cabe destacar que el grupo ENIC, una firma británica de inversión, es dueño del Tottenham desde 2001.

Otro cartel lanzaba una crítica directa al modelo de gestión: “Construimos un negocio, arruinamos un club de fútbol”. Entre los cánticos más repetidos por la afición se escuchaban: “Queremos que Levy se vaya” y “Daniel Levy, ¡fuera de nuestro club!”. Incluso hubo quien entonó: “No me importa Levy, a él no le importo, solo me importa [Dejan] Kulusevski”.

Como si fuera poco, algunas de las pancartas exhibidas durante el partido ante el Manchester United se volvieron virales en redes sociales. Pero, ¿cuánta verdad hay detrás de esos eslóganes que tanto ruido generaron? ¿Y hasta qué punto recae sobre Daniel Levy la responsabilidad de la situación actual del Tottenham?

Los datos no mienten. Son duros, demoledores, sobre todo tratándose de un club que forma parte del “Big 6” y que es tratado como una institución grande en Europa. La historia del Tottenham habla por sí sola: 24 títulos adornan sus vitrinas. Si bien no es uno de los equipos más laureados en el plano liguero, siempre ha sido una referencia en competiciones como la FA Cup.

De hecho, solo ganó dos veces el título de la primera división inglesa (1950/51, 1960/61), pero levantó ocho veces la FA Cup (1900/01, 1920/21, 1960/61, 1961/62, 1966/67, 1980/81, 1981/82, 1990/91). Además, conquistó la League Cup en cuatro oportunidades y la Community Shield, siete veces. En el plano internacional encontramos una UEFA Cup Winners’ Cup (1962/63) y dos Copas de la UEFA (1971/72, 1983/84).

Daniel Levy aterrizó en el Tottenham Hotspur en 2001. En la temporada previa a su llegada, el equipo había terminado décimo en la Premier League y, como mencionamos antes, su último título había sido la FA Cup en 1991. Es decir, el equipo del norte de Londres llevaba una década sin tocar metal.

La llegada de Levy a los Spurs ocurrió en uno de los periodos más críticos de su historia. El anterior propietario, Alan Sugar, había declarado la bancarrota y el club atravesaba una etapa de estancamiento, lejos de la élite competitiva, y con la necesidad urgente de dar un salto de calidad.

Durante su mandato la historia cambió. El club se consolidó en la élite del fútbol inglés, rompiendo con el histórico “Big 4” de la era moderna de la Premier League (Arsenal, Chelsea, Manchester United y Liverpool) y dando lugar al actual “Big 6” con su inclusión, junto al Manchester City. Además, podemos destacar que Spurs y Citizens fueron los únicos equipos ingleses presentes en competiciones europeas desde 2009 a 2022. El punto más alto llegó en 2019, cuando el Tottenham alcanzó por primera vez en su historia una final de Champions League. Es cierto que, bajo el mando de Levy, el palmarés puede parecer escaso. Pero lo innegable es que tanto el nivel competitivo como la dimensión institucional del club están muy por encima de lo que eran en 2001. 

Daniel Levy es conocido por ser un negociador implacable. Muchos aficionados del Real Madrid aún lo recuerdan por la compleja operación que llevó a Gareth Bale al Santiago Bernabéu. En 2014, el Tottenham accedió a vender al galés por 100 millones de euros, convirtiéndose en la transferencia más cara de la historia en ese momento. Una cifra que solo se ha visto igualada recientemente con la salida de Harry Kane al Bayern de Múnich.

Sin embargo, el Tottenham no se ha caracterizado por hacer fichajes que rompan el mercado. Según datos de Transfermarkt, los tres refuerzos más costosos en la era Levy han sido: Dominic Solanke (64,3 millones de euros), Tanguy Ndombele (62 millones) y Richarlison (58 millones).

Aún resuenan las frustradas llegadas de Bruno Fernandes o Willian -quien incluso llegó a pasar el reconocimiento médico en White Hart Lane antes de firmar con el Chelsea-. Más recientemente, se le reprocha haber dejado escapar a figuras como Khvicha Kvaratskhelia o Kim Min-jae por diferencias económicas mínimas, que contrastan con su enorme valor actual en el mercado. Por este tipo de datos, Daniel Levy tiene fama de ser bastante tacaño, en especial dentro de su propia afición. Pero, ¿cuánta verdad hay en ello?

Este gráfico compara el balance de gasto neto de los clubes de la Premier League desde el verano de 2016, coincidiendo con la llegada de Pep Guardiola al Manchester City, hasta el cierre del mercado veraniego de 2024. Sorprendentemente, el supuesto “conservador Daniel Levy” ha invertido una cifra similar a la del City de Guardiola. Club y entrenador que, irónicamente, cargan con el mito de ser los grandes derrochadores. Y de tenerlo todo más fácil que el resto.

Ligada a la figura de Daniel Levy está la creación del Tottenham Hotspur Stadium. Una auténtica obra de ingeniería futbolística, revolucionaria no solo en Inglaterra, sino a nivel mundial. Con un coste cercano a los mil millones de euros, el nuevo estadio fue concebido como símbolo del salto de calidad institucional del club.

Sin embargo, su construcción no estuvo exenta de polémica. Durante la etapa de Mauricio Pochettino al frente del equipo, el club pasó 18 meses sin realizar una sola transferencia. Una decisión que fue considerada una hazaña táctica del técnico argentino, pero también una medida altamente cuestionable desde la gestión deportiva.

Como si fuera poco, el estreno del nuevo estadio vino acompañado de un golpe inesperado: la pandemia de COVID-19. El cierre de puertas retrasó los ingresos proyectados por la infraestructura y, al mismo tiempo, elevó los costes de mantenimiento.

De todos modos, la llegada del Tottenham Hotspur Stadium ha catapultado al club a una nueva dimensión en términos de marca y proyección internacional. Mientras que en el antiguo White Hart Lane los Spurs jugaban ante 36.000 espectadores y generaban una facturación cercana a los 52 millones de euros en 2017, el nuevo estadio ha cambiado por completo el panorama.

Con capacidad para 62.000 personas, el estadio no solo ofrece una experiencia futbolística de primer nivel, sino que también incluye restaurantes, bares, tiendas, el famoso Sky Walk sobre su techo e incluso una pista de karting recientemente inaugurada. A esto se suman eventos paralelos como conciertos internacionales y partidos de la NFL, gracias a su diseño multifuncional. En la última temporada, el estadio generó ingresos por 135 millones de euros. Esto equivale a un promedio de €92 por espectador, convirtiendo al Tottenham en el club que más gana por aficionado en toda la Premier League.

Entonces, ¿de dónde provienen tantas críticas hacia Daniel Levy? Tras alcanzar la final de la Champions League en la temporada 2018/19 (el punto más alto en la era moderna del Tottenham), el equipo ha entrado en una dinámica descendente que no ha logrado revertir. Ni siquiera la presencia de figuras como Harry Kane, ídolo y canterano, fue suficiente para cambiar el rumbo. El propio delantero, símbolo del club y confeso hincha, decidió marcharse en busca de mayores aspiraciones deportivas. Su salida dejó entrever que el proyecto ya no estaba a la altura de la dimensión que había alcanzado el club.

Dos entrenadores legendarios como José Mourinho y Antonio Conte, ambos campeones en prácticamente todos los grandes clubes donde trabajaron, comparten un punto en común en su historial: el Tottenham. Y no precisamente como un logro, sino como una mancha en sus palmarés.

Ambos técnicos, conocidos por su carácter y exigencia, terminaron exponiendo públicamente las carencias estructurales del club. Y de su presidente. Mourinho, por ejemplo, no dudó en lanzar un dardo envenenado al asegurar que tiene “19 títulos y medio”, dejando claro que considera su despido, dos días antes de una final con los Spurs, como una injusticia deportiva. Conte, por su parte, fue aún más directo. El italiano cuestionó la mentalidad del vestuario, la falta de presión interna, y apuntó contra la cultura del club, señalando que el Tottenham no estaba a la altura de sus propias aspiraciones. Ambos pusieron el foco en una misma figura: Daniel Levy.

En los últimos años, el Tottenham ha sido un club marcado por la inestabilidad, encadenando proyectos deportivos con la esperanza de alcanzar la gloria. Pero en el intento, solo ha conseguido alejarse aún más de ella.

Desde la llegada de Daniel Levy al Tottenham, el club ha vivido una constante rotación de entrenadores, iniciando con Glenn Hoddle, seguido por David Pleat como interino, Jacques Santini, Martin Jol, Juande Ramos (quien conquistó la Copa de la Liga en 2008), Harry Redknapp, André Villas-Boas, Tim Sherwood, y Mauricio Pochettino, probablemente el más recordado por llevar a los Spurs a una final de Champions. Tras él llegaron José Mourinho, Ryan Mason (en dos etapas como interino), Nuno Espírito Santo, Antonio Conte, Cristian Stellini y, actualmente, Ange Postecoglou.

El propio Levy reconoció que su visión había fracasado y que, con la llegada de Postecoglou, buscó volver a las raíces y tener paciencia para construir un equipo ganador. Este enésimo cambio de proyecto supuso, junto a otros factores, la salida de Harry Kane. Con el delantero fuera del equipo, el vestuario quedó con pocos salarios elevados en comparación con otros gigantes de la liga. Con una excepción llamativa: el propio Daniel Levy. El presidente se embolsa, anualmente, una cifra superior incluso a la que cobraba Kane. Es, según datos recientes, el directivo mejor pagado de toda la Premier League.

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A lo largo de este recorrido, se puede extraer una conclusión clara: Daniel Levy ha sido una figura revolucionaria dentro del fútbol inglés. Un visionario, cuyas decisiones, aunque a menudo polémicas, han transformado el Tottenham Hotspur en una institución moderna y económicamente potente.

Pero su influencia va incluso más allá del club londinense. Antes del auge del modelo Red Bull, el grupo ENIC, del que Levy es la cara visible, ya había incursionado en la propiedad múltiple de clubes: FC Basel, Vicenza, Slavia Praga, AEK Atenas… y muy especialmente el Rangers de Escocia, donde su implicación fue significativa.

Sin embargo, con su desembarco definitivo en el norte de Londres, la UEFA fue tajante. Obligó al grupo ENIC a vender todas sus participaciones que no fuesen del Tottenham, ya que no se permitía que dos clubes del mismo propietario disputasen competiciones europeas.

✍️ Víctor Furones

💻 Juani Guillem

🗓️ (10/04/2025)

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Redacción Premier League

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